Noticias e información en castellano sobre Bruce Springsteen

e street band

Barcelona 1981 – 40 años – Parte 1

«Los rostros que vimos entre el público fueron de los más hermosos y apasionados de todo el planeta. Tocamos para unos pocos miles, pero el entusiasmo que mostraron conmovió a la banda y fue algo inolvidable. Volveríamos»

Bruce Springsteen, en su biografía Born to Run (2016)

«Cuando la banda tocó las primeras notas de Prove it All Night, la multitud se puso en pie de repente y empezó a saltar, a cantar, a gritar, a agitarse compulsivamente. Fue como un delirio colectivo, como si les fuera la vida en cada una de las notas de esas canciones.
Jamás he vuelto a ver un grupo de fans que lo ‘demostrara toda la noche’ como aquella multitud en 1981. Ni en Barcelona, ni en ningún otro sitio. Fue el mejor concierto al que he asistido en mi vida.»

Dave Marsh, en su libro Bruce Springsteen On Tour 1968-2005 (2006)


Tanto Bruce como su biógrafo Dave Marsh recuerdan con especial cariño y grandes elogios el primer concierto que el artista ofreció en Barcelona el 21 de abril de 1981.

Cuando en enero de ese año se anunció que Springsteen y la E Street Band darían una extensa gira por Europa en primavera, España no aparecía en la lista de países elegidos. El camino hacia el 21 de abril era aún incierto y tortuoso.

La gira debía iniciarse el 19 de marzo en el Reino Unido, para proseguir por el continente a partir del 9 de abril. La promotora Gay & Company intentó contratar a Springsteen, como se refleja en los artículos publicados en esos primeros meses.

El 21 de enero el diario Pueblo recogía los primeros rumores («Dicen que viene Bruce Springsteen»), donde se especulaba con dos conciertos (Madrid y Barcelona) a finales de marzo, aunque ya avanzaba que «no hay que hacerse demasiadas ilusiones». El día 28 retomaban el tema afirmando que «la cosa va por buen camino», aunque parecía descartar Madrid por la falta de locales adecuados a las exigencias de «los mánagers del músico», que exigían «unas mínimas condiciones».

Diario Pueblo, 21 de enero de 1981

En febrero (a diez días del golpe de estado) Marca era contundente: «Springsteen no actuará en España». Se habían anunciado ya las fechas europeas y España quedaba descartada. Según el diario deportivo, «Springsteen se subió a su montaña, exigiendo asientos numerados y pidiendo un caché bastante alto. Cosas que no se pueden cumplir con la infraestructura española».

Llegado este punto la decepción era grande. Una vez más una gira internacional esquivaba España. Para muchos tocaría cruzar la frontera francesa o perder la oportunidad.

Mientras tanto el doble The River seguía escalando posiciones, con «Hungry Heart» sonando con fuerza en la radio, y llegaba a las 25.000 unidades vendidas, consolidando una sólida base de seguidores en el país.


Mañana: la confirmación.

Diario Pueblo, 28 de enero de 1981
Marca, 13 de febrero de 1981

 

Springsteen y Barcelona: 40 años de amor a primera vista

por Asier Miner

Hoy, 21 de abril de 2021, se cumplen 40 años del primer concierto de Bruce Springsteen en Barcelona. Para cuando el de Nueva Jersey aterrizó en nuestro país ya era una estrella absolutamente consagrada. The River, lanzado el 17 de octubre de 1980, lo colocó en lo más alto de las listas estadounidenses por primera vez en su trayectoria. Las 20 canciones que conformaban el álbum aseguraron a Springsteen un indiscutible lugar en el olimpo del rock. Probablemente sea la obra que mejor resume las virtudes de Springsteen gracias a su variedad tanto estilística como temática. Baladas candentes, llenas de corazón, sentimiento y alma, convergen con temas donde sale a relucir la vena más divertida y despreocupada de un autor que, por aquel entonces, se encontraba en estado de gracia, en su plenitud artística. 

Bruce Springsteen el 21 de abril de 1981 en el Palacio de los Deportes de Barcelona. Foto: Ferran Sendra

Con motivo de la presentación de The River Bruce aterrizó en la Ciudad Condal, concretamente en el Palacio de los Deportes de Barcelona, para dar el pistoletazo de salida a una relación que, 40 años después, se mantiene viva e intensa. No es difícil averiguar el motivo: aquella noche, en un concierto que comenzó a las 21:30, los afortunados que presenciaron la magia de ese torbellino escénico quedaron prendados, boquiabiertos, seguros de que acababan de asistir al mejor espectáculo de rock posible. La consideración épica de los directos de Springsteen no arrancó en aquella gira, sino desde que su carrera comenzó a despegar. Sus arrebatadoras demostraciones sobre las tablas jugaron un papel crucial en la irrupción mediática de su figura, y el ‘boss’ era consciente de ello. No es casualidad que uno de los propósitos de The River fuese representar en el estudio el arrollador sonido que la E Street Band desplegaba en directo.

Es innegable que lo consiguió, aunque, pese a la viva producción del álbum, el presente latido del grupo, la evidente sensación de comunión y pasión que transmite, no hay nada comparable a disfrutar de esta brutal máquina del rock and roll a tan solo unos metros de distancia, siendo partícipe de la desbordante energía, infinito fervor y suave melancolía que Springsteen y sus colegas son capaces de transmitir. Lo que realmente sucedió en Barcelona aquella noche solo lo sabrán los allí presentes, pero lo cierto es que no fue una noche cualquiera, un concierto más de la gira, sino un momento que marca una trayectoria, que define para siempre la unión entre un artista y su público.

El recital comenzó con la calma previa a la tempestad. Sonó ‘Factory’ para ir calentando motores y poner al público a punto. Después, otro corte de Darkness On The Edge Of Town, ‘Prove It All Night’, primera oportunidad para rugir, para sentir una indescifrable descarga de adrenalina. Como es lógico, los pasajes de The River poblaron gran parte del repertorio. En vivo, territorio natural de la E Street Band, las canciones adquirían otra dimensión, incluso superior a la capturada en el trabajo en estudio.

Foto: Francesc Fàbregas.

‘Out In The Street’ y ‘The Ties That Bind’ aumentaron la dosis de entusiasmo de una audiencia absolutamente entregada desde el primer minuto, más aún si, entretanto, Bruce se marca una memorable interpretación de ‘Darkness On the Edge Of Town’. ‘Independence Day’ y ‘Who’ll Stop the Rain’, de Creedence Clearwater Revival, añadieron pausa y magnetismo, mientras las apoteósicas ‘Two Hearts’ y ‘The Promised Land’ volvieron a ponerlo todo patas arriba.

‘This Land Is Your Land’, composición de Woodie Guthrie, desencadenó en uno de los platos fuertes de la noche, ‘The River’, para hechizar definitivamente a los fans. Aunque, claro, lo que pasa con Bruce, más todavía en esa época gloriosa, es que los platos fuertes eran sucedidos por otros clásicos imprescindibles como ‘Badlands y ‘Thunder Road’, indiscutiblemente dos de las mayores joyas de su repertorio y que, en aquella embrujada velada, lucieron monumentales. Llegó entonces el descanso. Bruce ya se había metido al público completamente en el bolsillo. Solamente quedaba rematar la jugada para que el enamoramiento fuese permanente.

‘Cadillac Ranch’ y ‘Sherry Darling’ evitaron que el parón menguara los ánimos, y dieron paso a ‘Hungry Heart’ y ‘Because The Night’, donde las enfervorecidas gargantas del Palacio de los Deportes ejercieron de inmejorable coro. Sin duda, aquí llegamos al punto álgido del concierto. Tan emocionante, que hasta el propio Springsteen parecía poseer fuerzas extra impulsadas por la abrumadora acogida que estaba sintiendo. Tras ‘You Can Look’, era hora de la traca final: ‘Point Blank’, ‘Racing in the Street’, ‘Backstreets’, ‘Ramrod’, ‘Rosalita’ y ‘Born to Run’. Piel de gallina solamente al escribir sus títulos. Puro Bruce Springsteen, pura pasión. Absolutamente sublime. ‘Detroit Medley’ y ‘Rockin’ All Over the World’ cerraron la noche.

Foto: Emilio Cabida.

Una noche marcada a fuego en la memoria de todas las personas que la vivieron, y trasladada a las que, como yo, ni siquiera habíamos nacido. Un ejemplo perfecto de que la música traspasa fronteras y generaciones. Aquel 21 de abril de 1981 Springsteen y Barcelona sintieron lo que se denomina amor a primera vista. En su última visita, en 2016, las llamas ardían como en el primer encuentro. Indudablemente, cuando la maldita pandemia lo permita, y la E Street Band regrese a la carretera, Barcelona le esperará con los brazos abiertos en lo que será un reencuentro, nuevamente, inolvidable.


Con motivo del 40 aniversario del concierto publicaremos una serie de artículos durante varios días, empezando hoy, donde revisaremos las vicisitudes que se sucedieron hasta que se confirmó la visita de Bruce Springsteen a Barcelona por primera vez, la reacción de la prensa ante su visita y las crónicas publicadas posteriormente. Todo ello documentado con fotos, recortes de prensa y memorabilia.

Lee el primero: Barcelona 1981 – 40 años – Parte 1

Across the Borderline: el archivo vuelve a 1988

Have Love Will Travel - Bruce SpringsteenEste mes el concierto publicado del archivo oficial de Bruce Springsteen es el del 28 de abril de 1988 en Los Angeles, durante la gira Tunnel of Love Express Tour.

Ese año Springsteen y la E Street Band actuaron durante cinco noches en el Memorial Sports Arena de la ciudad. La segunda noche (23 de abril, con Roy Orbison entre el público) ya fue editada como parte del archivo en 2015. Ahora se publica la noche que cerró la serie, con un repertorio similar aunque con la particularidad de incluir la estupenda versión de «Across the Borderline», canción que Ry Cooder, John Hiatt y Jim Dickinson publicaron en 1982, y de una mezcla superior a la del concierto del día 23.

Los Angeles, April 1988 incluye:

TUNNEL OF LOVE / BE TRUE / ADAM RAISED A CAIN / TWO FACES / ALL THAT HEAVEN WILL ALLOW / SEEDS / ROULETTE / COVER ME / BRILLIANT DISGUISE / SPARE PARTS / WAR / BORN IN THE U.S.A. / TOUGHER THAN THE REST / AIN’T GOT YOU – SHE’S THE ONE / YOU CAN LOOK (BUT YOU BETTER NOT TOUCH) / I’M A COWARD / I’M ON FIRE / ONE STEP UP / PART MAN, PART MONKEY / ACROSS THE BORDERLINE / DANCING IN THE DARK / LIGHT OF DAY / BORN TO RUN / HUNGRY HEART / GLORY DAYS / ROSALITA (COME OUT TONIGHT) / HAVE LOVE WILL TRAVEL / TENTH AVENUE FREEZE-OUT / SWEET SOUL MUSIC / RAISE YOUR HAND

 

Letter to you: persiguiendo fantasmas

Bruce Springsteen – Letter to You
Persiguiendo fantasmas

por Héctor G. Barnés

Nils Lofgren, Bruce Springsteen y Ron Aniello durante la grabación de Letter to you. AppleTV+

Ha sido una conversación recurrente en garitos de rock, salas de conciertos y foros de internet. Cuando el efecto desinhibidor de las cervezas hacía efecto, tarde o temprano alguien sacaba el tema a relucir: “Mira, Springsteen lo que tendría que hacer es dejarse de tonterías y grabar un disco con la E Street Band, todos juntos en el estudio, one, two, three y a correr”. Una aseveración generalmente acompañada por un “eso, y que lo produzca Little Steven, como The River”. Un utópico retorno a las operetas urbanas, los himnos de puño en alto y las guitarras tintineantes que tal vez naciese con Tunnel of Love, el primer disco de Springsteen que nos recordó que a todos nos toca madurar. Ni la reunión de 1995, ni The Rising ni Workin’ on a Dream cumplieron esa promesa. Se acercó el injustamente denostado Magic, que no obstante, miraba con más deleite al superpop que abarca desde los Beach Boys hasta Magnetic Fields que a la lírica de la calle E.

Tras décadas de sortear conscientemente la carga que suponía la E Street Band, Springsteen ha comprado por primera vez la leyenda de la E Street Band tras la muerte de George Theiss, el último de los Castiles (banda de adolescencia del Jefe), punto de partida de este Letter to You como lo fuera aquel fan que le gritó «¡te necesitamos!» tras los atentados del 11 de septiembre. Ya conocen el resto: cuatro días de trabajo a razón de dos temas al día y una sesión adicional de mezcla, un puñado de canciones nuevas escritas en un alarde de inspiración y otras tres ya conocidas. Es el colofón del Springsteen «sabio», como lo denomina Steven Van Zandt, o «autorreferencial», como prefiero llamarlo yo. El de su libro de memorias Born to Run, el de Springsteen on Broadway y el de Western Stars, que contenía las mejores canciones escritas por su autor en mucho tiempo.

Desde luego, muy por encima de las de este Letter to You que persigue fantasmas sin alcanzarlos, quizá porque nunca estuvieron allí. ¿Y si el sonido clásico de la E Street Band nunca existió? Y si lo hizo, ¿cuál es? ¿El de Born to Run, el de Darkness on the Edge of Town, el de The River o el de Born in the USA? Springsteen parece haber caído en la misma trampa que sus imitadores, pensar que la E Street Band son sus clichés más evidentes y no una orgánica entente capaz de crecer con cada nueva canción y adaptarse a las necesidades de su autor, la más virtuosa banda que el rock jamás ha existido, reducida aquí a fetiche sonoro acoplado a un puñado de canciones que sufren algunos de los defectos más comunes del Springsteen reciente, de su vaguedad lírica a su conformismo musical.

El Jefe ha cometido el gran pecado que le faltaba: la complacencia y la autorreferencialidad. Uno puede detestar Lucky Town, The Ghost of Tom Joad o las Seeger Sessions, pero lo que nadie puede discutir es que ponían a prueba al artista y su público. No lo hacen este puñado de nuevas canciones, donde abundan los guiños cómplices tan propios de esta era en la que el arte se ha convertido en un refugio de nostalgias. A ratos, el saxo de Jack Clemons parece sampleado de las sesiones de The River (¿su solo en «The Power of Prayer» no es el de «The Ties That Bind»?) y es fácil encontrar conexiones musicales con temas escritos hace no tanto («Last Man Standing» es un «Your Own Worst Enemy» sin sus imaginativos arreglos, la citada «The Power of Prayer» remite a «I’ll Work for Your Love»).

Suena más convincente «One Minute You’re Here», reflexivo puente acústico entre la melancolía de Western Stars, de la que se recoge el ‘tempus fugit’ en un conocido entorno de carnavales, ríos y oscuridad a las afueras de la ciudad, y la voluntariosa carta de amor a los fans «Letter to You», primer single y uno de los momentos más flojos del álbum, que sufre de la fatigosa simbología new-age del último Springsteen.

«Burnin’ Train» es un stomp a lomos del bombo de la batería de Max Weinberg que bien podría surgir del gospel-country de Wrecking Ball. Como en «Leap of Faith», el sexo y la tentación son el tema central de un tema que nos recuerda la importancia de Garry Tallent, el verdadero héroe de Letter to You. Condensa gran parte de los problemas de Letter to You: entusiasmo impostado sin sustancia. Si alguien quería saber cómo habría sonado la E Street Band si hubiese grabado Lucky Town, aquí tiene la prueba.

Trabajando en el estudio en Colts Neck. Foto: Rob deMartin

Lo mejor de esta magra cosecha es, junto a «Ghosts», «Last Man Standing», el único tema capaz de conmoverme. Ambos constituyen el centro temático del disco, esa mirada hacia la inocencia de la juventud, de las primeras bandas, incluso del fetichismo musical de las guitarras, los amplificadores y las chaquetas de ante. «Las luces se encienden en Legion Hall / Los tacos de billar vuelven a la pared / Guardas la guitarra y te tomas la última / Mientras te zumban los oídos» canta Springsteen en uno de los momentos más arrebatadores del álbum. No es de extrañar que fuese la primera canción escrita de este nuevo ciclo. «Ghosts», que parece guiñar musicalmente un ojo al «Baby I» de los Castiles, es su hermana gemela, una fantástica pieza de casi power-pop que, esta vez sí, podría salir de 1979. «Estoy vivo y vuelvo a casa»: desde luego, mejor que pasados intentos de revivir el sonido de la E Street Band como «Frankie Fell in Love».

Dos excepciones a uno de los discos peor secuenciados de su carrera. La ñoña «The Power of Prayer» vuelve a sufrir a una E Street Band con el piloto automático puesto, como si por su intento de reencontrarse con aquella naturalidad de Darkness (grabar en una o dos tomas, antes de que cada músico se familiarice demasiado con su canción), confundiese espontaneidad con desidia. Tampoco mejora «House of a Thousand Guitars», torpe intento de recuperar el aliento épico de «Jungleland» («de las iglesias a las cárceles» incluido) que aterriza en una canción tan invernal como la extraña portada, frío autorretrato que parece contradecir el contenido del disco. Es el centro del álbum para Springsteen, pero de nuevo suena a ya oída.

Central Park, New York. Foto: Danny Clinch

Rainmaker» fue escrita en la era Bush y eso es, un descarte de la época que coge las sobras de ayer para atizar a Trump y los trumpistas. Una revisión del ritmo marcial de «Born in the USA» pasada por el filtro de los arreglos de cuerdas levemente celtas de Brendan O’ Brien que apunta interesantes direcciones sonoras. «I’ll See You in My Dreams» es una nana acústica que no cuenta nada que no contase mejor y con más gracia «We Are Alive».

Que lo mejor del disco sean tres canciones compuestas hace casi 50 años no dice nada bueno, por mucho que no esperásemos estos nuevos arreglos. «Janey Needs a Shooter», la cima del álbum, es una joya que bien podría haber formado parte de Darkness y que en su parte final roza la intensidad de un «Backstreets», pero una joya ya conocida que probablemente fuese retocada para la caja de The River y permaneciese en un cajón desde entonces.

Sorprenden aún más «If I Was the Priest» y «Song for Orphans», que por primera vez se fijan en la entente Dylan-The Band (ya sea la de 1966 o 1975, que cada cual elija) con frondosos diálogos entre un teclado a lo Garth Hudson, armónica dylaniana y la guitarra de Robbie Robertson. Canciones rescatadas como ejercicios de estilo pero ejecutadas con esa mezcla de entusiasmo e incredulidad que suele acompañar a sus covers en directo, como si él mismo estuviese sorprendido de cantar de nuevo odas a un extraño Oeste americano o desbarrando como un Dylan con coprolalia. Fantasías adolescentes que nos recuerdan el potencial imaginativo y liberador del rock, que nunca quiso hacerlo bien, quiso hacerlo divertido.

No deja de ser una mala noticia que a lo que más le apetezca volver a uno sean estas canciones, que contribuyen a que, al contrario de lo que suele ocurrir con los discos de su autor, sea menos que la suma de sus partes. Letter to You no queda lejos conceptualmente de High Hopes, también compuesto a base de fondo de inventario, y como aquel, está lastrado por una descontextualización y dispersión temática que lo sitúa muy lejos de sus mejores obras. Es irónico ver juntas una canción como «Song for Orphans», que representa alguno de los tics líricos que afinaría para alumbrar Born to Run, y «Letter to You», que padece un esquematismo diametralmente opuesto, con la diferencia de que aquella sigue conservando la frescura del principiante mientras que esta señala a una preocupante falta de inspiración.

Stone Hill Studios, Colts Neck, New Jersey. Foto: Rob deMartin

Pasan los días y, pasada la decepción inicial Letter to You se convierte en un compañero agradable en tiempos convulsos, pero que no deja de ser como quedar con un viejo amigo al que hace años no ves para darte cuenta de que hay diferencias insalvables, de que siempre ha habido buenas razones por las que ya no os veíais tanto. Hay que tener cuidado con lo que uno desea, porque puede conseguirlo, y tal vez Letter to You sea el mejor ejemplo de que nuestra imaginación –y la del propio Springsteen– sea mejor que la realidad. La E Street Band fue la banda de rock más especial del mundo durante una década, pero su destino siempre estuvo íntimamente ligado a la inspiración de su líder.

Quizá lo más triste de todo sea el sentimiento de claudicación y renuncia que supura de este disco, por no decir de mala conciencia. Es posible que Springsteen sea ahora –demasiado tarde– consciente de que ha pasado décadas dando la espalda a unos compañeros de viaje que le podrían haber llevado más lejos, que siempre le negó una continuidad sonora a una banda que merecía mejor destino. También parece la constatación de que el rock and roll ya no puede ser una fuerza transformadora como lo fue a finales del siglo XX, y que solo nos queda refugiarnos en los viejos mitos y en un pasado mejor para calmar la tormenta, mientras perseguimos fantasmas que nunca estuvieron allí y que, cuando pensamos que los vamos a conseguir alcanzar, se esfuman delante de nuestros ojos.

Springsteen publica dos conciertos de su inmenso archivo

Como cada primer viernes de cada mes, para julio se esperaba un nuevo concierto el día 5. La sorpresa es que fueron dos los conciertos publicados, y ambos grabados en el Nassau Coliseum de Nueva York, los días 29 y el 31 de diciembre de 1980, durante la gira de The River.

Al parecer han encontrado en sus archivos las grabaciones originales en multipista, lo cual ha permitido editar ambos con gran calidad de sonido. El concierto de fin de año se había publicado ya hace cuatro años, pero con algunos problemas de sonido. Ahora, remezclado y remasterizado usando la grabación multipistas, el sonido es excepcional (más parecido al de la caja Live/75-85 que a las grabaciones que ya circulaban entre fans). Lo mismo sucede con el concierto del día 29: extraordinario sonido y extraordinario concierto, arrancando con «Night» e incluyendo versiones de «For You», «Merry Christmas Baby», «Santa Claus is Coming to Town», «Sandy» o «Point Blank», además de tocar una sensacional versión de «Incident on 57th Street» (ya publicada oficialmente como cara B del single «Fire» en 1986) enlazada directamente con «Rosalita», como en el disco de estudio. De este concierto aparecen 3 canciones en la caja Live/75-85).

Desde nuestro anterior entrada sobre la serie de grabaciones de archivo (en noviembre 2018, ver artículo) se han publicado otros 10 conciertos (a destacar: la memorable actuación en el Roxy de Los Angeles en 1975 y los dos conciertos No Nukes en 1979 en Nueva York), así que actualizamos la lista de todas las grabaciones disponibles a través de la web del artista:

Fecha de Publicación / Título

  • 17/11/2014: Apollo Theatre, New York March 9, 2012
  • 23/12/2014: The Agora, Cleveland Aug. 9, 1978
  • 10/02/2015: Tower Theatre Philadelphia Dec. 31, 1975
  • 25/03/2015: Nassau Coliseum, Uniondale, New York  Dec. 31,1980
  • 13/05/2015: Brendan Byrne Arena, New Jersey Aug. 5, 1984
  • 08/07/2015: Los Angeles Sports Arena 1988
  • 25/09/2015: Schottenstein Center, Ohio 2005
  • 11/12/2015: Ippodromo delle Campanelle, Rome 2013
  • 24/12/2015: ASU Activity Center, Tempe, AZ 1980
  • 01/06/2016: The Christic Shows, Nov 16&17, 1990
  • 23/12/2016: Buffalo, New York, Nov. 22, 2009
  • 19/04/2017: Scottrade Center, St. Louis Aug. 23, 2008
  • 23/05/2017: Olympiastadion, Helsinki, July 31, 2012
  • 14/07/2017: Spectrum, Philadelphia 2009
  • 04/08/2017: Albany & Rochester Feb. 1977
  • 01/09/2017: Belfast, Ireland March 19, 1996
  • 20/09/2017: The Summit, Houston, Texas Dec. 1978
  • 06/10/2017: Madison Square Garden, July 1, 2000
  • 03/11/2017: Stockholms Stadion, Sweden July 3, 1988
  • 01/12/2017: New Orleans April 30, 2006
  • 22/12/2017: Capitol Theatre, Passaic, NJ Sept. 20, 1978
  • 05/01/2018: Brendan Byrne Arena, NJ June 24, 1993
  • 02/02/2018: Van Andel Arena, Grand Rapids 3 Aug. 2005
  • 02/03/2018: Brendan Byrne Arena, NJ Aug. 20, 1984
  • 06/04/2018: TD BankNorth, Boston Nov. 19, 2007
  • 04/05/2018: St. Rose of Lima School, Freehold, NJ, Nov. 8, 1996
  • 01/06/2018: Madison Square Garden, New York Nov. 8, 2009
  • 06/07/2018: The Roxy, West Hollywood, July 7, 1978
  • 03/08/2018: Wembley Arena, London, June 5, 1981
  • 07/09/2018: United Center, Chicago, IL Sept. 30, 1999
  • 05/10/2018: Helsinki, Finland June 16, 2003
  • 09/11/2018: Leeds, England July 24, 2013
  • 07/12/2018: The Roxy, Los Angeles, Oct.18, 1975
  • 24/12/2018: No Nukes, 22 & 23 Sept. 1979
  • 04/01/2019: Madison Square Garden, 23 May 1988
  • 01/02/2019: Tampa, Florida 22 April 2008
  • 01/03/2019: Sovereign Bank Arena, Trenton, NJ 22 Nov. 2005
  • 05/04/2019: Los Angeles Coliseum, 27 Sept. 1985
  • 03/05/2019: Meadowlands Arena, 25 July 1992
  • 07/06/2019: Met Life Stadium, East Rutherford NJ 22 Sept. 2012
  • 05/07/2019: Nassau Coliseum, Uniondale, NY 29 Dec. 1980
  • 05/07/2019: Nassau Coliseum, Uniondale, NY 31 Dec. 1980