Bruce Springsteen and The E Street Band tocaban en el viejo club The Main Point en Bryn Mawr, Pennsylvania. Era el 5 de febrero de 1975 y Bruce dio un concierto benéfico para el club, que fue retransmitido por radio en directo.
Durante dos horas y media (el concierto más largo de su carrera hasta ese momento) Springsteen repasó lo mejor de su ya excelso repertorio (indescriptibles las versiones de «Kitty’s Back» o «New York City Serenade») junto a versiones trepidantes de otros artistas («Mountain of Love», «I Want You» o una apocalíptica «Back in the U.S.A.»), además de avanzar canciones del que sería unos meses despúes su nuevo álbum (Born to Run).
Fue una noche especial, con una versión de «Incident on 57th Street» con el único acompañamiento de piano y violín, junto a versiones aún embrionarias de «Jungleland», «Thunder Road» (entonces llamada «Wings for Wheels») y «She’s the One». Una noche para la historia.
Estaba al final de su etapa más romántica y primeriza, una fase de cambios con una banda a la que se acababan de incorporar Max Weinberg y Roy Bittan (faltaba aún Steve Van Zandt -se incorporaría poco después- para completar la formación clásica de la E Street Band), y que temporalmente contó con la colaboración de la violinista Suki Lahav. Meses después, con Van Zandt ya en el grupo y Born to Run en las tiendas, llegaría el estallido definitivo.