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Madrid

Y Springsteen la armó en Madrid
por Alfonso Adánez / Point Blank

Escribí hace unos días un artículo en MadridOn donde trataba de describir la relación existente entre Madrid y Springsteen, relación que califiqué de cordial, sin aspavientos exagerados, afable, sin más, y no exenta de de coincidencias que ya están anotadas en las estadísticas springsteenianas, como la de ser en el año 1988 el lugar de retorno del hijo pródigo tras aquel mítico show de Barcelona, así como aquella amarga cita, en donde Madrid tuvo por desgracia en noviembre de 2007 el extraño honor de ser la primera cita de la E Street Band en 35 años en el que un miembro de la banda, Danny Federici, tuvo que ser sustituido.


Sumaba otro hecho que se cumpliría en el propio concierto del pasado domingo como la de ser el lugar, Madrid, en el que se cumpliría el primer aniversario desde que se fue Clarence. No podía imaginar en ese juego de estadísticas que añadiriamos dos hitos más. Por una parte, el debut de un tema que cuenta con 35 años de historia entre bambalinas, la preciosa «Spanish Eyes», un descarte de Darkness on the edge of town, multipirateado a lo largo de los años, y añadida finalmente en el doble The Promise, publicado en 2009.

A este baile de fechas y datos se ha de sumar algo que aún me deja más alucinado; Madrid desde el pasado domingo ostenta el increible récord de contar con el concierto más largo jamás dado por el de Nueva Jersey, con 3 horas y 48 minutos sobre el escenario. Y es que decir eso de este artista y de sus músicos es mucho decir, porque desde que tengo uso de razón en todo lo concerniente al mundo de la Calle E, si hay que asociar a Springsteen con algo es con sus manifestaciones como artista de directo, y con descripciones del tipo ‘animal de escenario’, ‘carne de directo’, ‘máquina de rock’, y un largo etcétera. Esos y otros muchos calificativos alcanzaron su máxima expresión el pasado domingo con casi 4 horas de pura entrega y energia en el Santiago Bernabeu de Madrid.

Con un estadio practicamente abarrotado, y rozando ya la habitual media hora de retraso sobre el horario previsto, salió la banda tras una semana de descanso, una vez finalizado su periplo de tres conciertos en tierras italianas, conciertos que venian precedidos de un notable incremento en su minutaje de una manera escandalosa. A las poco más de tres horas de cada concierto hasta la fecha, Milán con 3 horas y 40 minutos supuso un serio toque de atención de lo que podría ocurrir en Madrid y, quien sabe, si a partir de ahora en cualquier cita europea.

No haré una radiografia pormenorizada tema por tema de lo que pudimos ver el pasado domingo, pero junto a la extraordinaria defensa de los temas del Wrecking Ball, como el tema que abre el disco «We Take Care of our Own», la propia «Wrecking Ball», y «Death to my Hometown», el concierto arrancó con la habitual furia de «Badlands» y «No Surrender», con una banda muy enchufada en donde quizá el propio Bruce era el que menos estaba de refresco, situación que solventó según avanzó la noche.

Para mi la noche del domingo lejos de analizar la extraordinaria demostración de fuerza de estos veteranos que superan los 60 años de edad y en lo que poco o nada deben demostrar ya al personal, radica en dos momentos. Por una parte el debut en directo de un tema del mítico periodo 1976-78, años en los que se fraguaron los temas de Darkness on the Edge of Town y en donde el cerebro de Springsteen era una fábrica de creatividad a pleno rendimiento.

«Spanish Eyes», todo un guiño al público de España tal y como señaló Bruce, en especial al femenino, una intrepretación impecable que en mi vida podría imaginar sonase en un megaestadio como el Bernabeu, ¡una outtake del Darkness en un gran estadio! Da lo mismo, el asunto era cerrar los ojos y recordar esa magia que se esconde detrás de todas y cada una de las notas que Springsteen parió en aquella época dorada. Durante algunos soundchecks días atrás la fue modelando y cogiendo confianza en el tema para finalmente en Madrid regalárnosla (y hablando de soundchecks, también pudimos escuchar por la tarde en Madrid otra perla de la época, quien sabe para qué momento, «One Way Street» junto a un «Havin’ a Party» que bien pudiera haber sustituido a un «Twist and Shout» más evidente).

El segundo de los momentos entronca directamente con el circulo de «Spanish Eyes». «Talk To Me», otro descarte de Darkness cedida a Southside Johnny en su album Hearts of Stone de 1978 (bajo la producción del formidable Miami Steve Van Zandt), sonó en Madrid, pero nada más y nada menos que con los tres protagonistas: Bruce, Steve y Southside Johnny, quien estaba de vacaciones en España y no quiso perder la oportunidad de saber qué se siente cantando ante casi 60.000 almas. Por un momento Madrid se convirtió en cualquier club del Jersey Shore a mitad de los 70. Por mi cabeza se pasaron momentos históricos y míticos como el concierto en el Agora de Cleveland en el 78, o el fabuloso concierto de fin de año de 1977, que juntó a Soutshide Johnny y sus Asbury Jukes y a la E Street Band creó un momento irrepetible. Nunca antes en Europa se había podido ver a la Santísima Trinidad del Jersey Shore, Springsteen, Southside y Van Zandt, tocando juntos, y tocando un tema tan especial como «Talk To Me», donde se notó que se lo estaban pasando en grande.

Otro de los momentos más especiales de la noche llegó con la interpretación de «Spirit in the Night», revitalizada con esa nueva intro, que mezcla la rabia Soul Stax de los de Nueva Jersey con una ejecución impecable, «Spirit» suena más a 1973 que nunca. A ésta le acompañó otra rareza, «Be True», originalmente cara B del single de vinilo «SHerry Darling» en 1981, que culminó con un impecable solo de Eddie Manion, ese gran miembro de los Jukes de Southside Johnny.

La noche dio mucho más de si, con temas tan potentes como «She’s the one», un corte que se supera noche tras noche; «Youngstown», con ese solo pétreo y eterno de Nils, una «Murder Incorporated» grasienta y de guitarras afiladas y enérgicas, asi como una rara aparición de «My Love Will not let you Down» a todo trapo. Otro regalo más en la larga noche madrileña fue «Because the Night», con solo final de Little Steven, cada vez más participativo e involucrado en la gira. Madrid volvió a ver la recuperación en el repertorio del «Apollo Medley», la oda soul y homenaje a sus raíces por parte de la E Street Band.

Una nota emotiva en la noche fue cuando sonó «The River» y Springsteen dedicó el tema a un malogrado fan, Nacho, que lamentablemente no pudo asistir a su primer concierto de Springsteen al haber fallecido victima del cáncer. Las redes sociales y el tesón de unos padres, unidos a la sensibilidad del artista, hicieron el resto.

La tralla final del concierto que hizo que se pulverizasen marcadores y resistencias físicas estaba por llegar. «Rocky Ground», «Born in the U.S.A.», «Born to Run», «Hungry Heart», «Seven Nights to Rock», «Dancing in The Dark», «Tenth Avenue Freeze-Out» y la guinda del pastel, con «Twist and Shout», acabaron por dejar a más de uno con cara de incrédulo. Cuando acabó el concierto recorrí muchas zonas del pit, del cesped, miré a las gradas, y noté una extraña sensación, mucha gente caminaba sin rumbo dentro del estadio, arremolinados, como no dando crédito a lo que habían visto y oido, tanto por su intensidad, entrega y energia como por duración del mismo.

Pronto saltaron las alarmas, como teletipos en época de guerra, que hablaban de una nueva gesta. Springsteen había pulverizado su propio récord alcanzado allá por la noche vieja de 1980 en la ciudad de Nueva York. Madrid se convertia en el lugar donde, hasta la fecha, más ha durado un concierto de la E Street Band, con 3 horas y 48 minutos sin apenas descanso alguno. Madrid, nuevamente, como testigo silente de hechos importantes en la cronologia del artista, Hechos construidos a base de acordes de rock, de mucha honestidad, de entrega y sobre todo de actitud. Sólo así se consigue dar un concierto de casi cuatro horas de rock and roll.

Fotos: Jordi Aguilera (2,3,4) / Point Blank (1)

Listado completo de canciones del concierto/See complete set list