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Atlanta, Oct 1, 1978


Durante décadas han circulado grabaciones de la mayoría de conciertos de Bruce Springsteen, de diversa calidad, ya fuesen de conciertos emitidos por la radio, de grabaciones directas de la mesa de mezclas del concierto o, en su mayoría, grabadas de forma clandestina por algún fan provisto de una pequeña grabadora cassette.

Del concierto en Atlanta del 1 de octubre de 1978 sólo existía una pésima grabación de la primera parte del concierto, incompleta, con cortes y que apenas conseguía que te hicieras a la idea de como había ido el concierto. De la segunda parte, ni rastro. Ni siquiera entre los asistentes había consenso sobre las canciones que habían tocado esa noche.

Springsteen tocó en el teatro Fox de Atlanta dos noches, el 30 de septiembre y el 1 de octubre. El primer concierto se emitió por radio ese día, y circuló ampliamente entre coleccionistas. Se le considera uno de los mejores conciertos de su carrera y además fue publicado oficialmente en los Archive Series.

En 1978 grabar un concierto en multi-pistas implicaba tener que desplazar una camión con todos los equipos de grabación necesarios y aparcar la unidad móvil en el exterior del recinto. Siempre se asumió que una vez allí los equipos se quedarían para grabar ambas noches. Nunca se confirmó este punto. Hasta ahora.

Del archivo oficial nos llega Atlanta, Oct 1, 1978, la grabación completa de una noche que ya podemos afirmar que fue memorable y es uno de los mejores conciertos del archivo (disponible en la tienda oficial como descarga o en CD). Springsteen estaba entonces en el momento álgido de la gira tras tres conciertos en Passaic, uno en Boston (¡del cual aun no circula grabación alguna!) y uno en Alabama, todos con una intensidad in crescendo noche tras noche.

Tras un espectacular primer concierto, la segunda noche era en realidad el último concierto de la gira Darkness. Así estaba previsto en ese momento, antes de que se tomara la decisión de continuar la gira otros dos meses hasta final de año. Por entonces Bruce quería volver al estudio de nuevo, y la reserva que había en octubre para una gira europea completa fue anulada (se preveía ya un concierto en París el 1 de octubre). Europa tuvo que esperar tres años más (¿cómo hubiera sido una gira europea entonces, justo entonces, en ese momento de la gira, en pequeños recintos y ante un público novel pero seguro entusiasta?).

Así las cosas, Bruce abre la noche diciendo que es la última de la gira, su concierto nº 86 ese año, y lo celebra con una sorprendente y tremenda versión de esa joya stoniana que es «The Last Time». Sin descanso empalma con un «Badlands» encendido y trepidante, seguido de «Spirit in the Night», con su habitual incursión entre el público y el motor de la E Street Band perfectamente engrasado.

Han sido solo 15 minutos pero el concierto ya está a un nivel estratosférico, como demuestran a continuación las versiones de «Darkness on the Edge of Town», «Heartbreak Hotel» o «The Promised Land». La voz de Bruce se retuerce e inflexiona en cada estrofa de una manera distinta a otras noches, derrochando emoción y pasión (atención a «Darkness…» o a los cambios de entonación en el estribillo de «The Promised Land»).

Es en «Prove it All Night» cuando llega el apogeo eléctrico, la banda acelerando mientras Bruce se desgañita y saca fuego de su guitarra con unos solos que, si eso es posible, superan a otras noches de la misma gira. Acaba la canción. El público explota. El éxtasis.

Si fuera un concierto normal de un artista normal ese sería el final del concierto. Hora y pico épica, fuerzas agotadas y la mínima energía para conseguir arrastrarse hasta el camerino. Pero es Bruce Springsteen y es 1978 y esto es solo el primer plato, que incluye también la intensa «It’s My Life», «Thunder Road» (dedicada a un fan que conoció la noche antes en el backstage, cuando aún pasaban esas cosas de forma natural) y ese par de maravillas que son «Meeting Across the River» y «Jungleland».

Gracias al extraordinario sonido (al nivel de las mezclas de Bob Clearmountain en los conciertos de Passaic) podemos disfrutar cada nota de cada instrumento, el público gritando entusiasmado pidiendo canciones (Bruce les avisa: «guardad energía, será una noche larga») y el ambiente de emoción en el teatro (¡que lujo ver esto en un teatro!). La mezcla permite apreciar con claridad los coros de Van Zandt, los detalles de Danny al órgano, las melodías de bajo de Garry Tallent o los potentes solos de Clarence, bestia parda del saxo en su máximo esplendor.

La segunda parte arranca con la infrecuente y deliciosa «For You», seguida de clásicos incombustibles de la gira («Fire», «Candy’s Room», «Point Blank», «Because the Night»-¡qué locura de versión!-) antes de ofrecer 35 maravillosos minutos enteramente extraídos de su segundo álbum The Wild, The Innocent & the E Street Shuffle.

La trilogía formada por «Kitty’s Back», «Incident on 57th Street» y «Rosalita» es un colofón perfecto para un concierto perfecto. Springsteen muestra su lado más romántico en la segunda, la E Street Band demuestra su enorme talento en la primera y todo explota en la tercera. Tres temazos inconmensurables.

Sin casi recuperar fuerzas vuelven al escenario para la traca final: «Born to Run», «Tenth Avenue Freeze-Out» y «Detroit Medley», todas con el motor a mil y el público en plena histeria, y de propina el desenfreno final con la enloquecida «Quarter to Three», que te agota la energía incluso sin estar allí.

Qué banda! Qué noche! Qué gira!

PD: En la web de Getty Images puedes ver 76 fotos espectaculares de estos dos conciertos en Atlanta, tomadas por Rick Diamond y Tom Hill.