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25 años de American Babylon

En 1995 muchos de nosotros supimos de la existencia de Joe Grushecky por primera vez. El hecho de que Bruce Springsteen decidiera producir un disco para Joe puso a éste en el mapa. Compusieron canciones a medias, grabaron en el estudio del de New Jersey y Bruce dejó su huella en el disco. Un disco redondo, excelente y cargado de grandes momentos como «Labor of Love», «Homestead», «No Strings Attached», «Lovers Left Alive» o ese trallazo que es «Never Be Enough Time».

Las distintas visitas de Joe a nuestro país entre 1996 y 2005 (que Point Blank organizó) crearon un público fiel que durante años llenó sus conciertos, y forjaron un lazo que Joe aun recuerda con cariño. 25 años después de la publicación del álbum American Babylon, Grushecky ha lanzado esta misma semana la edición «25th Anniversary» del disco, en formato doble y cargado de sorpresas. En el primer CD se añaden 3 demos de «Chain’ Smokin», «Only Lovers Left Alive» y «Never Be Enough Time».

Pero es el segundo disco el que acapara el interés. No en vano incluye uno de los conciertos en Pittsburgh que Joe sus Houserockers dieron en octubre de 1995, cuando se embarcaron en una gira promocional por la costa este estadounidense donde su guitarrista (y vocalista ocasional) era… ¡Bruce Springsteen!


Un gran gesto de Bruce, que decidió unirse a la banda como uno más y disfrutar del momento. El resultado fueron llenazos en cada ciudad (el objetivo de la colaboración de Springsteen no era otro que el ayudar a su amigo) y unos conciertos explosivos donde Bruce y Joe compartían estribillos y sudores, y Bruce y Bill Toms (guitarrista de los Houserockers) se enzarzaban en duelos instrumentales de alto voltaje (solo hay que oir el incendiario final de «Never Be Enough Time»).

Cuando Bruce tomaba las riendas al final del show, público y banda compartían ya el éxtasis mientras Bruce se dejaba el pellejo en «Light of Day» y «Down the Road Apiece». El concierto, íntegro, se publica ahora en esta edición especial imprescindible en la colección de cualquier Springsteeniano o, simplemente, de cualquier buen aficionado del rock americano.