Seguramente habrás oído hablar en la prensa del arresto de Bruce Springsteen. La noticia corrió como la pólvora hace unas semanas, con titulares sensacionalistas. Todo empezó el 14 de noviembre, cuando el cantante se encontraba circulando en su motocicleta Triumph por el parque nacional de Sandy Hook, en Nueva Jersey. Springsteen paró a saludar a unos fans que, según dicen, le invitaron a tomar algo. El Ranger R.L. Hayes observó cómo Bruce se tomaba dos chupitos de tequila y subía de nuevo a su motocicleta, momento en el que le detuvo, le hizo un test de sobriedad y le multó por «conducir bebido, conducción temeraria y consumir alcohol en una zona prohibida».
El 24 de febrero se celebró la vista judicial, via Zoom, y Springsteen confirmó que se había tomados los dos chupitos, pero tanto el abogado como el propio fiscal rechazaron las acusaciones y alegaron que no había ninguna prueba de lo que el policía había indicado en su atestado.
La prueba de alcoholemia dio un resultado de 0,02, cuando el límite permitido en Nueva Jersey es de 0,08. El juez Mautone, por tanto, anuló los cargos y multó a Springsteen con $540 por consumir alcohol en una zona del parque nacional donde está prohibido desde 2019.