Han sido 11 conciertos en Australia. Once noches en las que Bruce Springsteen and The E Street Band han superado cualquier expectativa. En una gira donde lo imprevisto pasa a ser norma, Springsteen ha tocado 118 canciones distintas en Australia, incluyendo diversos homenajes a lo más destacado del rock y el pop australianos, desde AC/DC a INXS, pasando por The Saints, The Easybeats o… Bee Gees.
Has leído bien. Bruce se atrevió ayer a abrir su último concierto, en Brisbane, con el famosísimo «Stayin’ Alive». Pero eso no fue todo. A los afortunados asistentes a esa última actuación les tocó ayer el gordo. De la nada surgieron a continuación cuatro canciones de Greetings: a la eléctrificada «It’s Hard to Be A Saint In The City» le siguieron «Does This Bus Stop at 82nd Street?», «Growin’ Up» y «Spirit in the Night».
Tras las dos canciones de rigor del último álbum, «High Hopes» y «Just Life Fire Would», llegó el turno de revisar ese doble The River, disco maravilloso y generalmente desaprovechado, y sonaron de una tacada «You Can Look», «Sherry Darling» y la rarísima «Fade Away», con la estupenda «Save My Love» insertada en medio. Una primera hora de actuación ya memorable, que culminó momentos después cuando Springsteen preguntó al público que eligieran: o seguía recogiendo carteles del público (como había hecho hasta ese momento) o tocaba un álbum entero. El rugido desde el pit sentenció: álbum entero. La pista de la sección de cuerdas en el escenario durante «Stayin’ Alive» había sido muy evidente (eran las australianas Cooper+Koo). Y así fue: Bruce anunció que tocarían su segundo álbum completo, esa infravalorada obra maestra titulada The Wild, The Innocent & The E Street Shuffle.
La siguiente hora la dedicó al disco (sólo por segunda vez en su carrera: el disco completo sonó por primera vez en el Madison Square Garden de Nueva York el 7 de noviembre de 2009), desde la nostalgia de «Sandy» y «Wild Billy’s Circus Story» al irresistible ritmo funky de «The E Street Shuffle», el delirio rocanrolero de «Rosalita», el desenfreno musical de «Kitty’s Back» o el romanticismo incurable de las soberbias «Incident on 57th Street» y «New York City Serenade». Fueron en total 11 canciones de sus dos primeros discos, algo que, sencillamente, nunca había ocurrido. Ni en las primeras giras de 1973 y 1974 había tocado tantas canciones de esos conciertos en un mismo concierto.
Fueron dos horas que marcaron la velada y colocaron este concierto en lo más alto de la memoria colectiva de los fans de Springsteen. La siguiente parte del concierto ofreció la versión más popular del artista, en un desenfreno continuado de éxitos y clásicos, con «Darlington County», «Badlands», «Born to Run», «Glory Days», «Dancing in the Dark», «Bobby Jean», «The Rising»… hasta el broche final con una inesperada «Highway to Hell» con Eddie Vedder sobre el escenario (estuvo toda la noche viendo el concierto desde el pit con Glen Hansard). La versión acústica y reposada de «Thunder Road» despidió un concierto inolvidable que durante 3 horas y 43 minutos transportó a sus 15.000 asistentes a otra dimensión musical, en una ocasión única de saborear esa faceta del Springsteen de juventud, muy rara de ver.
PD. Por supuesto, todos atentos a la tienda oficial, donde dentro de 2-3 días la grabación del concierto estará a la venta.
Ver set list completo Brisbane.
Fotos: Patrick Lion (@patricklion)