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R.I.P. Pete Seeger (1919-2014)

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por Miguel Martínez

EL ELVIS DEL FOLK (primero te lees esto y luego…)

Pete Seeger, el Elvis del folk. Paralelismo fácil para que prestes atención, si no sabes bien de quién hablamos. Aunque seguramente sí lo sepas, tras aquel gesto de Bruce en 2006, cuando publicó el disco We Shall Overcome. The Seeger Sessions, basado en canciones popularizadas por Pete, una de las figuras centrales (centrales, sí, pero desde la izquierda activista) de la música popular del siglo XX. Springsteen se sintió tan orgulloso de ese proyecto que en 2007 hasta sacó un directo de su gira, Live In Dublin.

Ahora que el viejo bardo nos ha dejado a los 94 años no viene mal echar un vistazo hacia atrás, para así captar su dimensión histórica. Las dimensiones históricas siempre ayudan a entender el presente. De manera que no viene mal recordar que ya a principios de la década de los 50 del siglo pasado Pete Seeger tenía un buen montón de “hits”, cuando era miembro del grupo The Weavers (que él fundó), como por ejemplo su versión del “Good Night Irene” de Lead Belly (otro de los grandes del folk en blanco y negro; el de Lead Belly, en negro), que estuvo en lo alto de las listas estadounidenses trece semanas. Esas canciones sonaban en las radios del momento, mientras se cocinaba o se cosía.

Luego entró en otras listas, las censoras de la era McCarthy. En parte lo metieron ahí por rojo: en 1936 se había afiliado a la Liga Joven Comunista y en 1942 lo hizo al Partido Comunista, era la época en que formaba parte de los Almanac Singers (antesala de los Weavers), donde también estaba, entre otros, Woody Guthrie. Fue también entonces cuando grabó sus canciones sobre la Guerra Civil española, Songs Of The Lincoln Battalion, con “Viva la Quince Brigada” entre ellas. Seguramente, aunque no lo sepas, la habrás escuchado alguna vez. Pasan los años y sigue flotando en el ambiente. Y en parte también lo metieron en las listas negras por su defensa numantina de los derechos sociales y laborales, la igualdad racial y el antimilitarismo. Cuando en 1955 lo citó a declarar el Comité de Actividades Antiamericanas se negó a delatar a nadie. Sentenciado.

A principios de los 60 se erigió en uno de los epicentros del revival folk, podríamos decir que en el epicentro y no exageraríamos, sobre todo con sus canciones antibélicas. Puede que conozcas su “Where Have All The Flowers Gone” o ese “Turn! Turn! Turn!” (adaptación de un texto bíblico) que luego versionaron The Byrds. Son de esa época. También se situó en el centro del movimiento de los derechos civiles. En este sentido, el icono de los iconos es la famosa marcha de Washington de agosto de 1963, con Martin Luther King, la del discurso del “yo tuve un sueño”. “Por el trabajo y la libertad” era el eslogan de la convocatoria. Acudieron entre 200 mil y 300 mil personas, tres de cada cuatro afroamericana. Allí, en el Lincoln Memorial Center, estuvo Seeger. Y allí cantaron, él y la multitud, “We Shall Overcome” -un derivado de viejos himnos gospel, como “If My Jesus Will” y “I’ll Overcome Someday“- la canción que tanto había popularizado, convertida en el himno oficial de todos los allí reunidos. Martin Luther King recitó las palabras de “We Shall Overcome” en su último discurso, el 31 de marzo de 1968, el día que lo asesinaron.

Seeger volvió a cantar una segunda vez en el Lincoln Memorial Center. Fue el 18 de enero de 2009, cuando la victoria electoral de Barack Obama. Él, Bruce y el nieto de Pete, Tao Rodríguez-Seeger, más un vasto coro de apoyo detrás y las 400 mil voces del público delante, entonaron el “This Land Is Your Land” de Guthrie, con todos los versos, también el que cuestiona la legitimidad indiscutible de la propiedad privada ¡incluso en Estados Unidos!, ese que Pete nunca dejó de cantar a lo largo de su vida. Sonó como una victoria simbólica. Para la otra aún queda mucho camino por recorrer. Seeger proponía lograrla con honestidad y claridad de corazón, no con músculo ni intimidación. El nunca perdió su bendita inocencia, a pesar de que (cuentan) podía tener malas pulgas, y gracias a ella, y a su fe, nos dejó una gran enseñanza. Puedes aplicarla en Nueva York o en Santander.

SÍ, ACABO DE VER A PETE SEEGER ¡VIVO Y EN SANTANDER! (… entenderás esto)

Viernes, 31 de enero. Madrugón y café. Y antes de trabajar, ojeada a los diarios en la pantalla del ordenador. Le doy al “play” de un vídeo, sección deportiva. Y ahí está él, vivo, fresco como una lechuga. Pete Seeger. La noche del jueves, en Santander, en medio de ese plante de los futbolistas del Racing, hartos de estar hartos, calzándose las botas de la dignidad y negándose a jugar el partido de vuelta de la Copa del Rey contra la Real Sociedad porque no se había cumplido su exigencia para hacerlo, que era la dimisión del consejo directivo que desde hace cuatro meses no les pagaba. Y ahí está Pete Seeger, en medio de esa plantilla abrazada en el círculo central, aplaudida por unos siete mil seguidores, unos y otros bajo la fina lluvia cántabra, mostrando en público su rechazo a la impostura de los de arriba, los de los palcos, todos esos fantasmas y chorizos. Ahí está Pete Seeger y ahí está “We Shall Overcome” y tantas otras canciones de resistencia y convicción que él hizo populares -la convicción ha sido su hermana gemela, tanto que casi podríamos llamarla terquedad-. Y sobre todo está, claro, “Pay Me My Money Down”.

Recordaba Springsteen en mayo de 2009, en el discurso que dio durante la celebración del 90º cumpleaños de Seeger, las palabras que Tom Joad susurraba a su madre al final de Las uvas de la ira, esas que luego adaptó a su canción “The Ghost Of Tom Joad”. “Dondequiera que haya un policía golpeando a un tipo, dondequiera que un recién nacido hambriento esté llorando, donde haya una guerra contra la sangre y el odio impregnando el ambiente, búscame, mamá, allí estaré”. Y añadía Bruce: “Bien, pues Pete ha estado siempre ahí. Para mí, ese discurso es siempre una aspiración. Para Pete, simplemente una forma de vida”. Esa es la gran enseñanza que nos deja. Más allá de sus contradicciones -era humano-, personales o musicales (pasó de la Beatlemanía, fue hostil con el folk-rock, rechazaba prácticamente todo el blues posterior a la Segunda Guerra Mundial, por no hablar de la electrificación de Bob Dylan…). La enseñanza de pensar en pequeña escala y dando ejemplo, porque tu ejemplo suma, porque eres un Tom Joad más, un hombro más, otro resistente, otra guitarra con agallas. Y, por qué no, un jugador del Racing. “Búscame, allí estaré”. Os juro que Pete estaba en Santander, como uno más.

PD: Sé que muchos no soportáis el momento “Waitin’ On A Sunny Day” en directo. Ese ritual. Yo sí, y tiene mucho que ver con Pete Seeger y su sentido colectivo de la música.