Sevilla ha sido el escenario del arranque de la gira europea de Bruce Springsteen. Y llegó con fuerza para presentar su nuevo disco y unirse a la indignación general que reina en el ambiente. Ya desde la rueda de prensa del día anterior quedaron claras sus posturas. Pero en el concierto se hicieron, si cabe, más patentes. Empezó a las 9 y 21 minutos, con «Badlands», himno reivindicativo, cantado ahora con más fuerza que en giras anteriores, con convicción y sin concesiones banales. Media hora después se reafirmaba en sus principios, presentando «Jack of All Trades» en español: «Dedico esta canción a los indignados del 15-M y a todos los que está luchando en el sur de España«.
El público vibró desde el inicio, y no paró de saltar y cantar durante las siguientes tres horas. Springsteen recurrió a todas sus bazas: carreras por el escenario, acercamiento constante a las primeras filas y pasarelas laterales, y muchos éxitos reconocibles que funcionan con precisión ante un público masivo y dispuesto a participar: «Out in the Street», «Darlington County», «Bobby Jean», «Dancing in the Dark» o la infalible «Waitin’ on a Sunny Day».
Si algo domina Bruce es el escenario, y alterna éxitos con canciones nuevas, y lo adereza con joyas de tiempos pretéritos que los fans veteranos saborean. La mezcla surge efecto: quien quiere fiesta la tiene, y quien quiere disfrutar del talento de una banda tan inmensa como la E Street Band también lo consigue. Así llegaron con frecuencia momentos de gran intensidad emocional: «The Ties That Bind», el primer guiño al pasado -magnífica-, «Trapped», a petición de un fan de 14 años que logró que Springsteen viera su cartel, una hiper-electrificada «Candy’s Room» enlazada con «She’s the One» (E Street Band en su forma más apoteósica). Más adelante «Because the Night» encendió Sevilla, con Nils Lofgren sacando oro de su guitarra en un solo eterno y mágico, y el público cantando el estribillo como si fuera la canción más conocida de Springsteen.
Del repertorio nuevo destacaron la memorable «My City of Ruins», donde recordó a los camaradas perdidos, esta vez en castellano: «Esta cancion es sobre aquello que perdemos y lo que queda para siempre. Si nosotros estamos aquí, y vosotros estáis aquí… Ellos están aquí«. Y «Shackled and Drawn», impactante en directo y con gran participación de la sección de vientos y Cindy Mizelle, tomando protagonismo cantando a duo con Bruce. «Land of Hope and Dreams», en su nueva versión, fue el broche a una actuación pletórica.
Sin apenas descanso llegan los bises, con «Rocky Ground», uno de los momentos más brillantes del concierto. Con su sutil trompeta al principio, soul a raudales y la gran Michelle Moore junto a Bruce. A continuación llegan los himnos, con el estreno en la gira de «I’m Goin’ Down» enlazando con «Born to Run», eterna, incansable, y ese final nostálgico y emotivo con «Tenth Avenue Freeze-Out».
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fotos: Salvador Trepat y Alfonso Adánez