Ocurrió el jueves, en Raleigh (North Carolina). Esa noche Taylor Swift actuó en la ciudad, y salió al escenario con un enorme tatuaje en su brazo con la letra de «No Surrender». Ya en el camerino recibió un visitante muy especial: Bruce Springsteen, quien le cantó «Dancing in the Dark».
La propia Swift publicó la foto y contó la experiencia así en Twitter: «Nunca olvidaré cuando Bruce Springsteen tocó ‘Dancing in the Dark’ en el camerino de mi concierto con mi guitarra, y la firmó. Noche maravillosa en Raleigh».