Bruce Springsteen disfruta de su gira española, donde día a día recibe entusiastas recepciones. Valladolid no fue menos y el público respondió con fuerza a la actuación. Roy Bittan salió primero al escenario, tocando un pasodoble (sin identificar) al acordeón. «Badlands» levantó a todo el estadio de sus asientos, y fue seguida por «No Surrender» y una atronadora «Night«. A continuación «Hungry Heart» provocó el primer éxtasis colectivo.
Más adelante llegaron algunas joyas: «Spirit in the Night» y «Something in the Night«. Bruce respondió a los carteles con peticiones con una estupenda «Great Balls of Fire«, de Jerry Lee Lewis. El cartel no podía ser más claro: «Si tienes huevos toca Great Balls of Fire». Por fin otra canción de su nuevo disco tuvo su oportunidad, y llegó «Surprise, Surprise«, recordando las melodías de Roy Orbison en los años 60.
A partir de ahí el concierto dio un cambio de rumbo y llegó la fiesta total, éxito tras éxito coreado por el público. Springsteen es un maestro del escenario, y saca petroleo de lo más discreto de su repertorio, se pone al público en el bolsillo y les lleva hasta la catarsis. Dos horas y cuarenta y cinco minutos de concierto dejaron a Pucela rendida a sus pies.