MSG 05/16/88


Para este mes de mayo, el archivo de Springsteen vuelve a la gira Tunnel of Love, con el concierto registrado el 16 de mayo de 1988 en el Madison Square Garden de Nueva York, donde actuó 5 noches consecutivas. Aunque el repertorio de la gira era bastante estático y poco dado a cambios y sorpresas, este concierto destaca por su intensidad y por ser un fiel reflejo de lo que fue esa gira.

Tras el inicial «Tunnel of Love» llegan dos cañonazos con la trepidante «Boom Boom» seguida de «Be True» (habitualmente tocaba una u otra, raramente las dos), completando un arranque pletórico con una hiper-electrificada «Adam Raised a Cain», con un destacado papel de la sección de vientos.

Más adelante la combinación de «Seeds» con «Roulette» (outtake de The River que apareció en esta gira por sorpresa) es uno de los puntos álgidos de la primera parte del concierto, igual que ocurre con el potente duo «War»/»Born in the USA» que cierra el set. Pocas veces «Born in the USA» ha sonado tan demoledora e intensa como en esta gira.

La segunda parte sigue de nuevo el patrón habitual de la gira, aunque cabe destacar un par de canciones que, desafortunadamente, apenas aparecieron en la gira europea de estadios, y que son precisamente dos de las mejores canciones del disco: «One Step Up» y «Walk Like a Man», bellísimas, elegantes.

Llegan los bises, aunque quizá sería más correcto llamarles tercera parte del show si consideramos su duración: 9 canciones y 45 minutos. La acústica «Born to Run» (otra marca característica de esta gira) da paso al intervalo más festivo de la noche, con «Hungry Heart», «Glory Days», «Tenth Avenue Freeze-Out»… y un trio de sorpresas más: Bruce cantando «Crying» de Roy Orbison de forma magistral, el rock primitivo de «Have Love Will Travel» (versión del clásico de los Sonics de Seattle, 1965) y una despedida por todo lo alto con la E Street Band interpretando «New York, New York», popularizada por Frank Sinatra, mientras Bruce se despide del público neoyorquino.

La guinda la encontramos al final de la grabación, una vez finalizado el concierto, con una versión de «In Dreams» grabada durante las pruebas de sonido de esa tarde, horas antes del concierto. Una toma deliciosa y delicada en homenaje (dos veces el mismo día) a Roy Orbison, una de las mejores voces de la historia del rock.