Springsteen deslumbra en su tercer concierto en New Jersey

Sorprendió en el primer concierto de la gira americana con «New York City Serenade», sección de cuerdas incluída, con «Santa Claus is Coming to Town», «Something in the Night», «Jack of All Trades» o ese final con «Jersey Girl» acompañado de fuegos artificiales. La segunda noche repitió con la serenata neoyorquina como arranque, además de «Lost in the Flood», «Night», «Backstreets» o una incendiaria «The Ghost of Tom Joad» con Tom Morello a la guitarra.

Luego se fueron a Chicago y, oh, la sección de cuerdas viajó con Bruce y la E Street Band y volvieron a abrir con la inconmensurable «New York City Serenade» (¿lo hará todo lo que queda de gira?), además de deleitar con «Racing in the Street» o la rarísima (de oir en directo) «None But The Brave» (una de las joyas perdidas).

Pero ayer, en su tercera noche en Nueva Jersey, la del cierre, Springsteen deslumbró con un concierto de los que ni el fan más atrevido hubiera soñado. Tras «New York City Serenade» (que extraño, y agradable, se hace que algo tan raro de ver y oir sea ahora habitual) dejó boquiabierto a cualquiera que aprecie la etapa inicial de la carrera del artista: durante hora y media sonaron sólo canciones escritas en 1973. Es decir, una retahíla de tesoros de sus dos primeros discos, uno tras otro, ante la incredulidad del personal.

Lo advirtió Bruce: «Vamos a intentar tocar un montón de cosas que no tocamos las otras dos noches». Y llegaron «Blinded by the Light», «Does This Bus Stop at 82nd Street?», «Saint in the City» y «Spirit in the Night», las cuatro del debut Greetings from Asbury Park. Luego «Summertime Blues» (la única ajena y un clásico de los años 60), para empezar a continuación un repaso a ese infravalorado segundo disco, The Wild The Innocent and The E Street Shuffle, con cuarenta minutos de infarto: «Sandy», «Kitty’s Back», «Incident on 57th Street» y «Rosalita».

Ese primer KO finalizó con «Pretty Flamingo», la preciosa balada de Manfred Mann que solía tocar en 1975 durante la gira Born to Run. A partir de aquí repertorio variado, con «Atlantic City» seguida de cinco canciones de Born in the USA y dos de The River (quizá sea el único concierto donde esto no sea un problema). Recuperó «Living Proof», una de las mejores canciones de su etapa sin la E Street Band, y finalizó el show con una traca de rock irresistible («Candy’s Room», «She’s the One», «Because the Night») culminando con el clásico «Badlands».

Los bises fueron extensos y generosos: nueve canciones, casi una hora, con «Secret Garden» como mayor sorpresa, además de «Jungleland», «Twist and Shout», «Glory Days» y el «Jersey Girl» final. En total 4 horas y un minuto, pasando a ser el concierto más largo que ha dado en América y el segundo más largo de su historia (tras Helsinki: 4 horas 4 minutos). Un tema más y…

Dejando de lado los récords, los asistentes al concierto afirman que la actuación fue de gran intensidad en todo momento, con un Bruce desbocado y tocando como si fuera su última noche. Conciertazo. Y pronto lo podremos escuchar gracias a las descargas oficiales.

Ver setlist completo de la tercera noche en Nueva Jersey.
Ver setlist completo de la segunda noche en Nueva Jersey.
Ver setlist completo del concierto en Chicago.