Gracias a una impecable campaña promocional, Letter To You se ha posicionado como uno de los discos más vendidos en su primera semana a la venta (nº 1 en UK, Italia, Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Suecia, Noruega…). Bruce ha aparecido en diversos programas de televisión en Estados Unidos, Suecia, Australia, Irlanda, Francia, Reino Unido, Nueva Zelanda, etc. siempre en conexión desde su estudio de grabación (Stone Hill Studio) en Colts Neck, Nueva Jersey. Ha ofrecido también entrevistas radiofónicas y para podcasts (Conan O’Brien, Rick Rubin). En esta página podrás ver y escuchar algunas de las más destacadas (Bruce canta en algunas de ellas).
Lo que hemos aprendido tras escuchar todas las entrevistas:
La muerte de su compañero en The Castiles, George Theiss, le llevó a meditar sobre la mortalidad y fue la inspiración para una serie nueva de canciones que Bruce escribió en solo una semana durante 2019. Casualmente un fan le regaló una guitarra a la salida de una de las actuaciones en Broadway en verano de 2018, y fue esa la que Bruce usó para componer los nuevos temas.
La primera canción que escribió fue «Last Man Standing».
Durante 2019 estaba oyendo grabaciones inéditas de toda su carrera para preparar una caja múltiple (Tracks 2), la cual debía arrancar con las sesiones acústicas que grabó para John Hammond en mayo de 1972, cuando éste le fichó para Columbia Records. Escuchándolas le llamaron la atención «If I Was The Priest» y «Song for Orphans», y decidió probar como quedarían con el sonido de la E Street Band.
Preguntado por cuántas canciones inéditas le quedan en su archivo, su respuesta fue «unas cien».
«Janey Needs a Shooter» se grabó antes que el disco, para una posible edición en vinilo para el Record Store Day. Le gustó tanto el resultado (afirma que le recordaba al sonido crudo y directo de Darkness on the Edge of Town) que decidió guardarla para un disco, y así es como acabó en Letter to You. Se desconoce la fecha exacta o año en que la grabó.
«Rainmaker» fue escrita en la era Bush, por eso no aparece en el documental. Posiblemente se grabó durante las sesiones de Magic o Working on a Dream.
Entre el 11 y el 15 de noviembre de 2019 la E Street Band se reunió en el estudio Stone Hill de Colts Neck. Los primeros cuatro días grabaron dos canciones por día, y el quinto día añadieron alguna guitarra o dieron pequeños retoques.
Si echamos cuentas, nos salen 8 canciones. ¿Qué pasa con las otras cuatro que faltan? Sabemos que «Janey» y «Rainmaker» ya estaban grabadas. Las otras dos que son anteriores son «One Minute You’re Here», que podría proceder de algún proyecto previo en solitario (¿era Devils & Dust? ¿Western Stars?) y «Burnin’ Train», de la cual incluso se sospecha podría proceder de la era Human Touch. Si nos fijamos con atención en la película, en ambas da la sensación de que Bruce está haciendo playback. En la primera solo vemos a Bruce cantarla (sin más músicos) y la segunda aparece sólo al final, durante los créditos, con unas pocas imágenes de Bruce cantando, y rápidas capturas de la banda tocando, sin que pueda apreciarse que las imágenes corresponden realmente a la grabación de dichas canciones.
Los créditos que aparecen en el libreto del CD y LP confirman que «One Minute You’re Here», «Rainmaker» y «Burnin’ Train» proceden de sesiones de años anteriores, ya que el ingeniero de la grabación en todas ellas es Toby Scott (quien ya no trabaja para Springsteen) y no Ron Aniello.
Restando las tres canciones de los años 70, además de «Rainmaker», «One Minute You’re Here» y «Burnin’ Train», nos quedan seis canciones, que son las que Bruce escribió en 2019. En las entrevistas realizadas hasta ahora Bruce no aclara si esto es correcto, pues a veces dice que escribió «todas» las canciones del disco en 2019 mientras que en otras habla de «la mayoría».
En la entrevista con Rick Rubin confiesa que de este disco ha quedado fuera una «sólo una outtake«, por tanto hay una canción inédita que se ha perdido por el camino.
Las entrevistas:
Apple TV+ Letter to You Interview with Zane Lowe, 19 Oct. 2020
The Daily Show with Trevor Noah, 26 Oct. 2020
Rick Rubin & Malcolm Gladwell Interview Bruce Springsteen | Broken Record, 27 Oct. 2020 (incluye 4 canciones acústicas interpretadas por Bruce)
Late Night with Stephen Colbert 21 Oct. 2020
Triple M (Australia) 22 Oct. 2020
The Graham Norton Show, BBC 23 Oct. 2020 (minuto 10:50)
Late Late Show With Shane McGowan, RTÉ One, Ireland, 24 Oct. 2020
Slavan, STV/TV2, Noruega/Suecia 23 Oct. 2020
Entrevista de radio en NPR (USA) con Steven Inskeep, 22 Oct. 2020
Bruce Springsteen – Letter to You Persiguiendo fantasmas
por Héctor G. Barnés
Ha sido una conversación recurrente en garitos de rock, salas de conciertos y foros de internet. Cuando el efecto desinhibidor de las cervezas hacía efecto, tarde o temprano alguien sacaba el tema a relucir: “Mira, Springsteen lo que tendría que hacer es dejarse de tonterías y grabar un disco con la E Street Band, todos juntos en el estudio, one, two, three y a correr”. Una aseveración generalmente acompañada por un “eso, y que lo produzca Little Steven, como The River”. Un utópico retorno a las operetas urbanas, los himnos de puño en alto y las guitarras tintineantes que tal vez naciese con Tunnel of Love, el primer disco de Springsteen que nos recordó que a todos nos toca madurar. Ni la reunión de 1995, ni The Rising ni Workin’ on a Dream cumplieron esa promesa. Se acercó el injustamente denostado Magic, que no obstante, miraba con más deleite al superpop que abarca desde los Beach Boys hasta Magnetic Fields que a la lírica de la calle E.
Tras décadas de sortear conscientemente la carga que suponía la E Street Band, Springsteen ha comprado por primera vez la leyenda de la E Street Band tras la muerte de George Theiss, el último de los Castiles (banda de adolescencia del Jefe), punto de partida de este Letter to You como lo fuera aquel fan que le gritó «¡te necesitamos!» tras los atentados del 11 de septiembre. Ya conocen el resto: cuatro días de trabajo a razón de dos temas al día y una sesión adicional de mezcla, un puñado de canciones nuevas escritas en un alarde de inspiración y otras tres ya conocidas. Es el colofón del Springsteen «sabio», como lo denomina Steven Van Zandt, o «autorreferencial», como prefiero llamarlo yo. El de su libro de memorias Born to Run, el de Springsteen on Broadway y el de Western Stars, que contenía las mejores canciones escritas por su autor en mucho tiempo.
Desde luego, muy por encima de las de este Letter to You que persigue fantasmas sin alcanzarlos, quizá porque nunca estuvieron allí. ¿Y si el sonido clásico de la E Street Band nunca existió? Y si lo hizo, ¿cuál es? ¿El de Born to Run, el de Darkness on the Edge of Town, el de The River o el de Born in the USA? Springsteen parece haber caído en la misma trampa que sus imitadores, pensar que la E Street Band son sus clichés más evidentes y no una orgánica entente capaz de crecer con cada nueva canción y adaptarse a las necesidades de su autor, la más virtuosa banda que el rock jamás ha existido, reducida aquí a fetiche sonoro acoplado a un puñado de canciones que sufren algunos de los defectos más comunes del Springsteen reciente, de su vaguedad lírica a su conformismo musical.
El Jefe ha cometido el gran pecado que le faltaba: la complacencia y la autorreferencialidad. Uno puede detestar Lucky Town, The Ghost of Tom Joad o las Seeger Sessions, pero lo que nadie puede discutir es que ponían a prueba al artista y su público. No lo hacen este puñado de nuevas canciones, donde abundan los guiños cómplices tan propios de esta era en la que el arte se ha convertido en un refugio de nostalgias. A ratos, el saxo de Jack Clemons parece sampleado de las sesiones de The River (¿su solo en «The Power of Prayer» no es el de «The Ties That Bind»?) y es fácil encontrar conexiones musicales con temas escritos hace no tanto («Last Man Standing» es un «Your Own Worst Enemy» sin sus imaginativos arreglos, la citada «The Power of Prayer» remite a «I’ll Work for Your Love»).
Suena más convincente «One Minute You’re Here», reflexivo puente acústico entre la melancolía de Western Stars, de la que se recoge el ‘tempus fugit’ en un conocido entorno de carnavales, ríos y oscuridad a las afueras de la ciudad, y la voluntariosa carta de amor a los fans «Letter to You», primer single y uno de los momentos más flojos del álbum, que sufre de la fatigosa simbología new-age del último Springsteen.
«Burnin’ Train» es un stomp a lomos del bombo de la batería de Max Weinberg que bien podría surgir del gospel-country de Wrecking Ball. Como en «Leap of Faith», el sexo y la tentación son el tema central de un tema que nos recuerda la importancia de Garry Tallent, el verdadero héroe de Letter to You. Condensa gran parte de los problemas de Letter to You: entusiasmo impostado sin sustancia. Si alguien quería saber cómo habría sonado la E Street Band si hubiese grabado Lucky Town, aquí tiene la prueba.
Lo mejor de esta magra cosecha es, junto a «Ghosts», «Last Man Standing», el único tema capaz de conmoverme. Ambos constituyen el centro temático del disco, esa mirada hacia la inocencia de la juventud, de las primeras bandas, incluso del fetichismo musical de las guitarras, los amplificadores y las chaquetas de ante. «Las luces se encienden en Legion Hall / Los tacos de billar vuelven a la pared / Guardas la guitarra y te tomas la última / Mientras te zumban los oídos» canta Springsteen en uno de los momentos más arrebatadores del álbum. No es de extrañar que fuese la primera canción escrita de este nuevo ciclo. «Ghosts», que parece guiñar musicalmente un ojo al «Baby I» de los Castiles, es su hermana gemela, una fantástica pieza de casi power-pop que, esta vez sí, podría salir de 1979. «Estoy vivo y vuelvo a casa»: desde luego, mejor que pasados intentos de revivir el sonido de la E Street Band como «Frankie Fell in Love».
Dos excepciones a uno de los discos peor secuenciados de su carrera. La ñoña «The Power of Prayer» vuelve a sufrir a una E Street Band con el piloto automático puesto, como si por su intento de reencontrarse con aquella naturalidad de Darkness (grabar en una o dos tomas, antes de que cada músico se familiarice demasiado con su canción), confundiese espontaneidad con desidia. Tampoco mejora «House of a Thousand Guitars», torpe intento de recuperar el aliento épico de «Jungleland» («de las iglesias a las cárceles» incluido) que aterriza en una canción tan invernal como la extraña portada, frío autorretrato que parece contradecir el contenido del disco. Es el centro del álbum para Springsteen, pero de nuevo suena a ya oída.
Rainmaker» fue escrita en la era Bush y eso es, un descarte de la época que coge las sobras de ayer para atizar a Trump y los trumpistas. Una revisión del ritmo marcial de «Born in the USA» pasada por el filtro de los arreglos de cuerdas levemente celtas de Brendan O’ Brien que apunta interesantes direcciones sonoras. «I’ll See You in My Dreams» es una nana acústica que no cuenta nada que no contase mejor y con más gracia «We Are Alive».
Que lo mejor del disco sean tres canciones compuestas hace casi 50 años no dice nada bueno, por mucho que no esperásemos estos nuevos arreglos. «Janey Needs a Shooter», la cima del álbum, es una joya que bien podría haber formado parte de Darkness y que en su parte final roza la intensidad de un «Backstreets», pero una joya ya conocida que probablemente fuese retocada para la caja de The River y permaneciese en un cajón desde entonces.
Sorprenden aún más «If I Was the Priest» y «Song for Orphans», que por primera vez se fijan en la entente Dylan-The Band (ya sea la de 1966 o 1975, que cada cual elija) con frondosos diálogos entre un teclado a lo Garth Hudson, armónica dylaniana y la guitarra de Robbie Robertson. Canciones rescatadas como ejercicios de estilo pero ejecutadas con esa mezcla de entusiasmo e incredulidad que suele acompañar a sus covers en directo, como si él mismo estuviese sorprendido de cantar de nuevo odas a un extraño Oeste americano o desbarrando como un Dylan con coprolalia. Fantasías adolescentes que nos recuerdan el potencial imaginativo y liberador del rock, que nunca quiso hacerlo bien, quiso hacerlo divertido.
No deja de ser una mala noticia que a lo que más le apetezca volver a uno sean estas canciones, que contribuyen a que, al contrario de lo que suele ocurrir con los discos de su autor, sea menos que la suma de sus partes. Letter to You no queda lejos conceptualmente de High Hopes, también compuesto a base de fondo de inventario, y como aquel, está lastrado por una descontextualización y dispersión temática que lo sitúa muy lejos de sus mejores obras. Es irónico ver juntas una canción como «Song for Orphans», que representa alguno de los tics líricos que afinaría para alumbrar Born to Run, y «Letter to You», que padece un esquematismo diametralmente opuesto, con la diferencia de que aquella sigue conservando la frescura del principiante mientras que esta señala a una preocupante falta de inspiración.
Pasan los días y, pasada la decepción inicial Letter to You se convierte en un compañero agradable en tiempos convulsos, pero que no deja de ser como quedar con un viejo amigo al que hace años no ves para darte cuenta de que hay diferencias insalvables, de que siempre ha habido buenas razones por las que ya no os veíais tanto. Hay que tener cuidado con lo que uno desea, porque puede conseguirlo, y tal vez Letter to You sea el mejor ejemplo de que nuestra imaginación –y la del propio Springsteen– sea mejor que la realidad. La E Street Band fue la banda de rock más especial del mundo durante una década, pero su destino siempre estuvo íntimamente ligado a la inspiración de su líder.
Quizá lo más triste de todo sea el sentimiento de claudicación y renuncia que supura de este disco, por no decir de mala conciencia. Es posible que Springsteen sea ahora –demasiado tarde– consciente de que ha pasado décadas dando la espalda a unos compañeros de viaje que le podrían haber llevado más lejos, que siempre le negó una continuidad sonora a una banda que merecía mejor destino. También parece la constatación de que el rock and roll ya no puede ser una fuerza transformadora como lo fue a finales del siglo XX, y que solo nos queda refugiarnos en los viejos mitos y en un pasado mejor para calmar la tormenta, mientras perseguimos fantasmas que nunca estuvieron allí y que, cuando pensamos que los vamos a conseguir alcanzar, se esfuman delante de nuestros ojos.
Hace meses que se anunció que el 27 de septiembre Bruce Springsteen editaría su autobiografía, titulada Born to Run. Hoy se ha anunciado también que a la publicación del libro se añade la de un nuevo CD recopilatorio, que bajo el título de Chapter and Verse, servirá de acompañamiento musical al libro.
Springsteen ha elegido personalmente las canciones, pensando en que cada una ilustre un capítulo del libro, para poder seguir la biografía también con la música. Lo interesante de la recopilación es que incluye 5 temas inéditos hasta ahora, incluyendo grabaciones de sus primera bandas (1966-1972): Castiles, Steel Mill y The Bruce Springsteen Band, precursoras de la futura E Street Band. El álbum se publicará el 23 de septiembre, cuatro días antes que el libro y coincidiendo con el cumpleaños del artista. Estará disponible en varios formatos: CD, doble LP y descarga en internet.
Las 18 canciones de Chapter and Verse son:
Baby I — The Castiles (recorded May 2, 1966, at Mr. Music, Bricktown, NJ; written by Bruce Springsteen and George Theiss; previously unreleased)
You Can’t Judge a Book by the Cover — The Castiles (recorded Sept. 16, 1967, at The Left Foot, Freehold, NJ; written by Willie Dixon; previously unreleased)
He’s Guilty (The Judge Song) — Steel Mill (recorded Feb. 22, 1970, at Pacific Recording Studio, San Mateo, CA; previously unreleased)
Ballad of Jesse James — The Bruce Springsteen Band (recorded March 14, 1972, at Challenger Eastern Surfboards, Highland, NJ; previously unreleased)
Henry Boy (recorded June 1972, at Mediasound Studios, New York, NY; previously unreleased)
Growin’ Up (recorded May 3, 1972, at Columbia Records Recordings Studios, New York, NY; previously appeared on ‘Tracks’)
4th of July, Asbury Park (Sandy) (1973, ‘The Wild, The Innocent & the E Street Shuffle’)
Born to Run (1975, ‘Born to Run’)
Badlands (1977, ‘Darkness on the Edge of Town’)
The River (1980, ‘The River’)
My Father’s House (1982, ‘Nebraska’)
Born in the U.S.A. (1984, ‘Born in the U.S.A.’)
Brilliant Disguise (1987, ‘Tunnel of Love’)
Living Proof (1992, ‘Lucky Town’)
The Ghost of Tom Joad (1995, ‘The Ghost of Tom Joad’)
The Rising (2002, ‘The Rising’)
Long Time Comin’ (2005, ‘Devils & Dust’)
Wrecking Ball (2012, ‘Wrecking Ball’)
Las cinco primera canciones no se habían publicado nunca oficialmente, aunque circulaban entre coleccionistas desde hace años.
«Baby I» es la primera canción que Springsteen grabó, con tan solo 16 años, junto al grupo The Castiles, en mayo de 1966. Ese día grabaron también «That’s What You Get», que sigue inédita. Ambas aparecían en CDs pirata, aunque con una calidad de sonido muy mala. Hace un tiempo Bruce consiguió recuperar la cinta de 2 pistas original usada el día de la grabación, lo cual le ha permitido ahora publicar una de las canciones, recuperando el excelente sonido original.
«You Can’t Judge a Book by The Cover» fue popularizada por Bo Diddley en 1962. The Castiles la solían tocar en sus conciertos. De una de esas actuaciones procede esta grabación, realizada por el párroco de Freehold que organizó el concierto. Circulaba, pero con sonido pésimo.
«He’s Guilty» es una de las tres canciones que Steel Mill grabaron en California para Bill Graham en 1970, quien les ofreció un contrato que la banda rechazó. Las otras dos («The Train Song» y «Goin’ Back to Georgia») siguen inéditas. Todas circulan desde los años 80, con calidad de sonido aceptable. Este desenfrenado rock lleno de solos de guitarra muestra el sonido de las primeras composiciones de Springsteen, influidas por el blues-rock de finales de los años 60.
«Ballad of Jesse James» se grabó durante un ensayo de la Bruce Springsteen Band en la fábrica de tablas de surf de su mánager, Tinker West, en 1972. El ensayo completo, de una hora de duración, ha circulado en los últimos años con excelente calidad de sonido.
«Henry Boy» es una de las numerosas demos acústicas que Bruce grabó en la primavera de 1972 en distintos estudios de Nueva York, tras firmar con CBS y empezar a preparar su primer disco. Es una de las etapas más prolíficas del artista. Grabó, literalmente, docenas de canciones en un breve periodo de tiempo.
El resto son canciones representativas de cada época, desde «Growin’ Up» (la versión acústica publicada en Tracks) hasta las más recientes «Long Time Comin'» y «Wrecking Ball».
Por su fuera poco, Jon Landau confirmó hace unos días a la revista Rolling Stone lo que el propio Bruce ya había comentado el año pasado: tiene otro disco nuevo en estudio preparado y se editará en 2017.
En realidad se trata del disco que Bruce grabó en 2011 con Ron Aniello pero no llegó a publicar. Durante la grabación surgió «Easy Money» y Bruce empezó a grabar un disco totalmente distinto (Wrecking Ball, publicado en 2012).
Años después recupera el disco perdido (o «aparcado»), el cual está previsto que se publique el próximo año. Avisa Landau que es un disco en solitario, pero no acústico, sino muy «rico y variado» y con distintos colaboradores. De planes de gira, ni una palabra. «No planificamos con tanta antelación», observa el mánager.
Pero como ya indicó Springsteen a la revista Backstreets hace unos meses, el plan era editar el disco a finales de 2015 y salir de gira en solitario, aunque la edición de la caja The Ties That Bind hizo que Bruce cambiara de idea y se lanzara a la aventura de la actual gira The River Tour 2016.