En el Amalie Arena de Tampa, Florida, Bruce Springsteen and The E Street Band iniciaron la gira 2023 con un concierto de 2 horas y 41 minutos ininterrumpidos. El concierto mostró con equilibrio los distintos periodos de la carrera del artista, incluyendo una buena ración de canciones de Letter to You, un par de versiones soul del álbum Only The Strong Survive, los grandes éxitos y algunas canciones de sus primeros discos.
«No Surrender» fue el primer disparo de la gira, seguida de la reciente «Ghosts» (una de las canciones más destacadas de Letter to You), «Prove it All Night» y la propia «Letter to You», para seguir sin pausa con dos clásicos como son «The Promised Land» y «Out in the Street».
La parte más sorprendente llegó a continuación, con Springsteen reivindicando joyas de los 70 como «Candy’s Room», que enlazó directamente con una pletórica «Kitty’s Back», para lucimiento individual de cada miembro de la banda. Y es que en esta gira ha recuperado el formato de la gira Wrecking Ball de 2012-2013, con sección de coros y percusión y sección de vientos.
A saber: en la E Street Band siguen Max, Garry, Steve, Roy, Charlie, Nils, Soozie, Jake y Patti; en la sección de vientos encontramos a Eddie Manion (saxo), Barry Danielian (trompeta), Curt Ramm (trompeta) y el recién incorporado Ozzie Melendez (trombón), y en la sección de coros a Curtis King Jr., Michelle Moore, Lisa Lowell y Ada Ayer, además del percusionista Anthony Almonte. La vuelta de Patti Scialfa ha reforzado los duos vocales con Bruce en la bienvenida «Brilliant Disguise» y también en «Because the Night».
En el primer concierto la sensación es que aun falta rodaje y Bruce no hace demasiado uso de vocalistas y vientos, quienes en muchas canciones salen del escenario. Destacan sobre todo en canciones como la citada «Kitty’s Back», la versión extendida de «The E Street Shuffle» o las dos versiones soul: «Nightshft» y «Don’t Play That Song», y más adelante en «Johnny 99», «Wrecking Ball» o algunos de los bises.
En general, y debido a la edad de la banda, hay menos movimiento por el escenario. Bruce se muestra más comedido, camina por la tarima pero sin saltos ni carreras, y se centra en cantar y tocar la guitarra, con algunas incursiones momentáneas hacia la extensión frontal del escenario, para acercarse al público, aunque nunca llega a subir a nadie al escenario ni a entrar en contacto físico (quizá pura precaución médica, la pandemia sigue ahí). Sólo casi al final del show, durante «Tenth Avenue Freeze-Out» deja el escenario para rodear la zona vallada delantera y situarse en pleno centro de la pista. Es el momento de más proximidad con sus fans, aunque al poco tiempo vuelve al escenario.
A medio concierto Bruce ofrece una versión acústica de «Last Man Standing», donde cuenta primero la historia de los Castiles y la muerte de su compañero George Theiss en 2018, motivo que inspiró la canción. Es una de las pocas veces en que Bruce habla al público, ya que el ritmo del concierto es alto, canción tras canción sin apenas freno ni descanso. Tampoco derrocha en los solos de guitarra, cortos y concisos.
A continuación, en el siguiente bloque esas canciones que sin ser grandes éxitos sí son grandísimas composiciones de gran calado para cualquier fan. Así llegan «Backstreets», «Because the Night» y «She’s the One», en versiones idénticas a las que hemos podido escuchar en estos últimos 20 años. Ya enfilando la recta final aparecen «Wrecking Ball», «The Rising» y «Badlands». Hay que decir que en general no hay cambios ni nuevos arreglos o detalles en todas estas canciones: Springsteen va a lo seguro y nada de lo que ofrece se desvía de lo conocido hasta ahora. Seguramente sea algo lógico en un inicio de gira donde impera coger el ritmo y tener a la banda bien rodada, antes de lanzarse a improvisar o añadir nuevas canciones o versiones (todo llegará, como ya sabemos, según avance la gira).
Tras un ligero respiro, y sin llegar a abandonar el escenario, continúan con una larga serie de bises que empiezan con una potente versión de «Burnin’ Train», esa canción descartada de las sesiones de Human Touch (ni siquiera la aprovechó para Tracks) y que Bruce, felizmente, incluyó en el ‘reciente’ Letter to You.
El resto, todo clásicos: «Born to Run», «Rosalita», «Glory Days», «Dancing in the Dark» y «Tenth Avenue Freeze-Out», tocados a buen ritmo. Seguramente no complacerán a los seguidores más acérrimos, pero para la gran mayoría de asistentes son piezas, grandes éxitos, totalmente imprescindibles. Normal, y más comprensible cuando has pagado 300, 400 o 500 dólares por una entrada (y 1000 para ser uno de los privilegiados 400 que estaban en el corralito delantero, el llamado «pit»).
Una estupenda versión acústica de «I’ll See You in My Dreams» puso fin a una noche de nostalgia, re-encuentros y emociones que no se vivían desde que finalizó la ya lejana gira por Australia y Nueva Zelanda en Febrero de 2017. Queda mucho por delante y a buen seguro que el concierto evolucionará y nos esperan grandes noches. Este primer concierto ha demostrado que a pesar de la edad, Bruce y sus músicos siguen siendo capaces de dar un gran espectáculo, sólido, potente, emotivo.
He aquí una copia del repertorio tal como lo preparó Bruce (no hubo cambios de canciones ni de orden):