Ayer empezó la nueva etapa de Springsteen on Broadway. En su regreso, en esta ocasión en el St. James Theatre, con capacidad para 1.721 personas, Bruce recuperó el espectáculo original de 2017 con pequeñas variaciones. Habló sobre su familia, su infancia y juventud, sus compañeros de bandas, el descubrimiento de Elvis en televisión, su decrépita ciudad natal… y añadió algunos comentarios humorísticos sobre su detención por beber un par de chupitos en una zona prohibida y el posterior juicio.
En los momentos más serios comentó sobre el sentimiento de pérdida y los recuerdos de la infancia ya olvidada, y los 10 años de su madre con la enfermedad de Alzheimer, de como aun sonríe cuando le ve o cuando suena Glenn Miller, aunque ya no puede moverse ni hablar.
Musicalmente destacó la versión de «Fire» a duo con Patti (en lugar de «Brilliant Disguise»), o el cierre final con la emotiva «I’ll See You in My Dreams» en lugar de «Born to Run».
En la calle, algunas docenas de personajes antivacunas se dedicaron a mostrar pancartas hablando de «discriminación» ante la exigencia de estar vacunado para poder acceder al teatro. Los más extremistas lucían el lema «Bruce Springsteen pro-segregación en Broadway».
Springsteen on Broadway continuará durante el verano, hasta su conclusión el próximo 4 de septiembre. Como ya ocurrió en sus primeros años en Broadway, la organización reserva una cantidad de entradas cada día para poner a la venta mediante sorteo, en la página de Lucky Seat.
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