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15 años del reencuentro con la E Street Band

Hoy se cumplen 15 años de aquellos dos históricos conciertos en el Palau Sant Jordi de Barcelona, los días 9 y 11 de abril de 1999. Diez años después de que Bruce Springsteen comunicara a los miembros de la E Street Band la disolución de la banda, se reunieron para una gira mundial, y la ciudad elegida fue Barcelona.

Mar Cortés y Jordi Bianciotto relataron con precisión el histórico acontecimiento en su libro Bruce Springsteen en España (Quarentena Ediciones, 2011).

(fotos: René Van Diemen)

sant jordi 99

REUNION TOUR – EL REENCUENTRO

El 14 de diciembre de 1998, Springsteen acude a Madrid en el marco de una insólita gira promocional europea, y registra dos canciones en directo, «Born in the USA» y «This Hard Land», en versión acústica, para Televisión Española. Es entonces cuando, durante su rueda de prensa en el Teatro Real, confirma la noticia de la reunificación de la E Street Band y anuncia una próxima gira internacional que se llamará Tour 1999-2000 pero que aquí bautizaremos como Reunion Tour. (…) La excitación general se mezcla con una sombra de preocupación. Algunas voces expresan dudas razonables sobre si se trata realmente de un renacimiento o de una mera operación comercial para rentabilizar réditos de tiempos mejores. (…)

La expectación por el regreso a los escenarios de la mítica banda de la calle E era infinita, como inmenso había sido el desconsuelo que había provocado su disolución. (…) Pero para la prueba de fuego, para la vuelta a la carretera, para el debut internacional de la reunificada E Street Band en shows de dos horas y cuarenta y cinco minutos de duración sin interrupción, Bruce Springsteen escoge… Barcelona. La noticia sorprende y entusiasma a la ciudad. Evidentemente, Springsteen hace un cálculo de riesgo adecuado al elegir una de sus plazas más fuertes a nivel mundial para empezar a engrasar su vieja maquinaria. Pero la coincidencia entre la elección de Barcelona para iniciar la gira y el hecho que el último concierto hasta la fecha de la E Street Band (sin contar la gira de Amnistía Internacional) hubiera sido también aquí, aquel lejano 3 de agosto de 1988, tiñe la cita de simbología y complicidades.

1999 April 11 Barcelona by Rene Van Diemen
(…) El jefe avisa: viene con ganas de volver a hacer ruido. Aunque el timbre de la banda se mantiene esencialmente igual, el sonido ha variado algo para esta reunificación: las guitarras de Steve Van Zandt y Nils Lofgren (juntos por primera vez en el escenario) pasan a primer plano y Patti Scialfa adquiere protagonismo con una cuarta guitarra, con lo cual éste pasa a ser el instrumento dominante en detrimento de los teclados y el saxo de Clarence Clemons, que, sin embargo, tiene momentos de lucimiento como corresponde al miembro más carismático de la E Street Band.

entrada sant jordi 9 abril 1999(…) Empieza el concierto con un cuarto de hora de retraso. En un escenario desnudo, sin artificios, como siempre, sin ningún elemento que pueda distraer la atención, aparece Bruce con pantalón negro en lugar de sus habituales vaqueros y chaleco, y el resto de miembros de la banda, todos exultantes. Después de «Prove it All Night», Springsteen saluda en catalán fonéticamente impecable al que nos tiene acostumbrados desde el «Ja sóc aquí!» («¡Ya estoy aquí!») de 1988.

(…) Resulta imposible no fijar la mirada en el magnético Steve Van Zandt, con pañuelo agitanado anudado a la cabeza, al que cuesta distinguir del inquietante asesino a sueldo de la serie Los Soprano que le ha dado reciente fama televisiva. A nadie le importa si la banda toca mejor o peor que antes. La alegría por el doble reencuentro (entre ellos y con el público) lo impregna todo y se escenifica en «Two Hearts», que será el inamovible tercer tema durante toda la gira. La visión de Bruce y Steve en primer plano, unidos, porque dos corazones son mejores que uno, renovando a los 50 el compromiso de amistad eterna de los viejos camaradas, es una declaración de principios, el nudo o, nunca mejor dicho, el corazón de un concierto trufado de guiños a os viejos tiempos y, a la vez, de la voluntad de dar un aire nuevo a antiguas canciones. Ambos días, «Darkness on the Edge of Town» es la cuarta canción. Tocada con convicción y contundencia como siempre, actúa como salvoconducto al pasado: no parece que haya transcurrido más de diez años desde la última vez que la tocaron juntos, ni más de veinte desde que el álbum más lóbrego de Springsteen viera la luz.

Llegan las dos primeras sorpresas de la gira y el primer punto álgido de los conciertos: un «The River» con virtuosa y emotiva introducción jazzística de Clarence Clemons y un «Youngstown» en clave eléctrica que deja al público en estado de shock. Más tarde, Bruce sorprenderá con una visión renovada de «The Ghost of Tom Joad», el sombrío tema que da nombre al disco. Suena «Badlands» y en una rincón del recinto, el crítico musical Ignacio Julià llora. Su mujer le dice: «¿Estás tonto?». Y él responde: «¡Está pasando por delante mi juventud!».

El Sant Jordi estalla con un «Tenth Avenue Freeze-Out en clave soul, tema que Springsteen utiliza para presentar a la banda. El escenario ruge en un grito de guerra: este grupo de cincuentones todavía provoca escalofríos. El público, en éxtasis, corea cada nombre como si le fuera la vida en ello.

10 abril 1999 Periodico
Durante las dos noches se suceden algunos temas rescatados en Tracks y clásicos del abrumador repertorio springsteeniano. En la primera, puede que Bruce guiñe el ojo a Steve al incluir «Bobby Jean», la canción que supuestamente le dedicó cuando éste abandonó la banda. La rockera y vibrante «Light of Day» pone un falso cierre a los conciertos que terminan con un póker ganador: «Born to Run», «Thunder Road», «If I Should Fall Behind» (en la que Bruce no sólo invita a Patti, la legítima destinataria de la canción en la que habitualmente compartía micrófono, sino también a Clarence, Nils y Steve a cantar una estrofa con él) y «Land of Hope and Dreams». Ambos shows acaban con la imagen de toda la banda alineada al pie del escenario en una escena irresistible de conexión y euforia, en un estallido de pura y simple alegría de vivir. Quizá intranscendente, pero sólo en apariencia, porque nunca nada es del todo intranscendente en Springsteen.

(Textos extraídos del completísimo y extraordinario libro Bruce Springsteen en España. Consigue ahora tu ejemplar)