Que los conciertos de este final de gira son una pura ruleta quedó más que demostrado ayer: 4 estrenos, sorpresas constantes y una energía demoledora. Bruce Springsteen sacudió el pequeño pabellón de Leeds desde el inicio, con una electrizante versión de «Roulette» enlazada con «My Love Will Not Let You Down». Luego llegaron «Something in the Night», pura orfebrería emocional, «American Skin» y «The Promised Land», para deslumbrar a continuación con los estrenos de «Local Hero», «Gotta Get That Feeling» y la inmortal «Bad Moon Rising» de Creedence Clearwater Revival.
«Thundercrack» recuperó el aroma de los primeros años de la E Street Band, antes de volver al presente con tres canciones de Wrecking Ball, incluyendo la infravalorada «This Depression». Y qué decir de «Because The Night», en la cual Bruce decidió tomar las riendas y hacer él mismo el solo de guitarra, de forma vibrante, a la vieja usanza. Y así, durante tres horas, Springsteen ofreció lo mejor de sí mismo, en una actuación memorable. Llegados los bises, sacudida de nuevo y cambio de planes: «Secret Garden» (primera versión con la E St Band desde 2000), «Atlantic City», «Badlands»… saliéndose completamente del guión habitual, y tras «Shout» llegaron de nuevo dos acústicas de despedida: «If I Should Fall Behind» y «Thunder Road». Este fin de semana Bruce pondrá fin a su gira europea con dos conciertos en Kilkenny, Irlanda, que se espera sean apoteósicos.