La primera parte de la gira americana finalizó con un concierto extraordinario, intenso y repleto de sorpresas, estrenos y temas de gran calibre. El concierto se inició con «No Surrender» y desde el inicio Springsteen mostró gran vitalidad y energía. Tras el preceptivo saludo a la ciudad, recordó que en la misma nacieron Max Weinberg y el escritor Philip Roth. Nuevamente Patti no estuvo presente en este concierto. Los estrenos de la noche fueron muy especiales: «Bishop Danced», canción que no tocaba desde 1973 (una versión en directo de esa época se incluye en la caja Tracks) y que interpretó por primera vez con toda la banda. Le siguió una tempestuosa «It’s Hard to Be A Saint in the City», con un gran duelo de guitarras en su tramo final.
El concierto ganó intensidad con «Candy’s Room», «She’s the One» y «Shackled and Drawn», en un concierto en constante ascenso, con una enorme versión de «Talk to Me» (a petición del público), y dos sorpresa más en los bises: «The Weight», la fantástica canción de The Band, en homenaje al fallecido Levon Helm (batería del grupo), un auténtico clásico que cantó el pabellón al completo, y una inesperada «Rosalita», antes de terminar el show con «Tenth Avenue Freeze-Out». Próxima parada: Sevilla, punto de arranque de la gira europea.