Springsteen tocó ayer en tierras escocesas, y lo hizo de nuevo durante más de tres horas. No faltaron los habituales cambios de repertorio y alguna sorpresa. Nils empezó tocando el himno de Escocia con su acordeón, mientras la banda entraba en el escenario.
Un enorme cartel convenció a Bruce para que cantara una de las joyas de su repertorio: «Incident on 57th Street», seguida de un estreno en la gira, «Pink Cadillac». No tocaba esta pieza rockabilly desde los conciertos en el Shea Stadium de 2003.
Los dos hijos de Springsteen, Sam y Evan, subieron al escenario para cantar «American Land».