En el primer concierto de la gira en un estadio, Bruce Springsteen ofreció uno de los mejores y más largos conciertos. De nuevo Jay Weinberg fue el batería durante toda la noche, al parecer ya de forma definitiva pues Max está en Los Angeles preparando el estreno del programa The Tonight Show, con Conan O’Brien (debutarán el 1 de junio).
La vitalidad de Jay captura al público desde el inicio, con la apabullante fuerza con la que ataca canciones como «Badlands» o «Radio Nowhere» (ésta última mucho más efectiva como cuarta canción que al final del concierto). El cambio de batería no impide que se estrenen nuevas canciones, por raras que sean. «Twist and Shout» es la sexta de la noche, a petición de un gran cartel con una curiosa promesa («Si tocas Twist & Shout quemaré todos mis CDs de Hannah Montana»). Más adelante llegan «Trapped» y «Give the Girl a Kiss» (outtake del Darkness editada en la caja Tracks, y sólo interpretada en directo en un par de ocasiones en 1999), canciones que desatan la euforia y aumentan aún más el nivel de energía del concierto. «Backstreets» permanece en el set list, y la tanda de bises alarga el concierto hasta casi tres horas, finalizando con «Rosalita» y «Bobby Jean».
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